Por Alejandro Mondragón
Desde la salida de Alfonso Esparza de la BUAP vaya que han cambiado las cosas al interior de la máxima casa de estudios.
Transparencia en licitaciones, respeto a los derechos humanos y laborales, fin de privilegios y, sobre todo, se anteponen el crecimiento académico y consolidación de la autonomía universitaria, a cualquier interés de grupo.
El grave problema es que aún prevalecen intereses del esparcisimo, incrustados en algunas áreas y ahora que se les acabó la fiesta y el negocio vienen las presiones.
Al interior del Hospital Universitario, pero particularmente en las Farmacias Fleming comenzó la grilla, porque ya no pueden enriquecerse a costa de la institución.
Tal fue su ambición que cambiaron nombres de empresas proveedoras que eran respaldadas por el grupo de Alfonso Esparza.
Fueron detectadas y ahora todo se realiza por la vía de licitaciones y transparencia.
Se les acabó su fuente de lavado de dinero, como eran las Farmacías Fleming, pero enojados por el fin de sus privilegios, hoy utilizan a trabajadores, a través de un video en youtube que por lo visto no lo elaboraron esos trabajadores que tanto defienden.
Metidos en la grilla contra la BUAP aparecen las empresas proveedoras de medicinas, el exsecretario del Trabajo del barbosismo, Abelardo Cuéllar, quien enfrenta denuncias legales por diversas irregularidades, pero ahora defiende la presunta causa laboral.
Hasta el dueño de un medio de comunicación figura en esta grilla que responde no al interés legitímo de los trabajadores, sino a mantener la fuente de lavado de dinero que tenían en las farmacías.
Se niegan a entender que su tiempo oscuro ya concluyó.
