03-05-2024 04:35:36 AM

AMLO ganaría, otra vez

Por Valentín Varillas  

 

No lo digo yo. 

Ni es “opinativo”. 

Existe una valoración numérica, fría, que no deja lugar a dudas. 

Se trata de un muy interesante ejercicio que publicó originalmente la organización México Elige y que subió a sus redes sociales el medio Pájaro Político. 

Una encuesta realizada por PolíticoMX nos muestra que, si Andrés Manuel López Obrador fuera candidato a la presidencia en el 2024, volvería a ganar. 

El 52.5% del total de los encuestados aseguró que volvería a votar por él. 

En contraparte, el 46.1% lo haría por cualquier otro candidato que apareciera en la boleta. 

Participaron 8,433 personas y fue levantada del 10 al 13 de mayo de este año. 

Las cifras indican, como parecería obvio, que éste no sería -ni de cerca- un triunfo arrollador como el del 2018. 

Sin embargo, el que un presidente que lleva ya 5 años y medio en el cargo, le pudiera ganar a cualquier perfil opositor, es un hecho histórico. 

En México, existe un desgaste acelerado de la imagen de un gobernante por el simple desgaste que llevar las riendas de este país, supone. 

Que con todo y esta realidad, el hoy presidente sea el producto de mayor rentabilidad electoral de toda la oferta política nacional, es un fenómeno digno de estudio. 

 

Muy simple: ninguno de sus antecesores, si se hubiera llevado a cabo en su momento un ejercicio similar, hubiera obtenido el mismo resultado. 

Mucho menos en estos tiempos incontrolables de masificación de todo tipo de información, en donde es mucho más difícil esconder yerros, errores y actos de corrupción. 

Se trata, sin exagerar, de un fenómeno único, digno de un profundo estudio multidisciplinario. 

Ahora se entiende con mayor amplitud, el enorme fracaso de la estrategia de posicionamiento que ha llevado a cabo la oposición en este sexenio. 

Pegarle al presidente no les ha servido, ni les servirá, como herramienta de obtención de votos. 

Al contrario, lo ha fortalecido sistemáticamente en términos de imagen y de aprobación a su gobierno. 

El ser reactivos, el caer sistemáticamente en las provocaciones de cada mañanera, el cederle a AMLO la batuta de los temas que marcan la agenda pública nacional, ha tenido como consecuencia el endurecimiento de su ya de por sí robusta armadura que lo protege de la crítica social. 

Más allá de lo que se maneje en el famoso círculo rojo. 

Este ejercicio justifica también los apetitos desatados al interior de Morena. 

Hay hambre de cargos de elección popular porque saben que, de alguna manera, la figura de Andrés Manuel tendrá una influencia importante en el sentido del voto en el 2024. 

Inclusive, personajes que llevaron a cabo gobiernos desastrosos emanados de Morena, los mismos que fueron repudiados tajantemente en las urnas en su intentona reeleccionista, quieren volverse a colgar, como lo hicieron en el 2018, de la imagen y el arrastre de López Obrador.  

El presidente lleva meses subido al ring político buscando que se asocie su figura y su imagen, con la continuidad de Morena como partido mayoritario en México. 

Y ya lo dijo textual: “vamos por todo”. 

Así, en plural, ya metido de lleno en la lucha de partidos. 

El presidente estará sin estar. 

Será un fantasma, un espectro con un peso específico enorme en la determinación de ganadores y perdedores en el 2024. 

De ese tamaño. 

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