30-04-2024 02:59:06 AM

La ausencia de Albores: la señal

Por Valentín Varillas

 

Raro, muy raro que María Luisa Albores no haya asistido a la ceremonia cívica de la Batalla del 5 de Mayo.

Sí estuvo presente, en cambio, lo más granado del gabinete.

Todos, absolutamente todos los que ocupan carteras de suma importancia en el organigrama del gobierno federal.

Su presencia, más allá de la importancia que la fecha tiene en el calendario nacional, obedeció también a la necesaria revisión de los temas prioritarios que involucran a los dos niveles de gobierno.

Sobretodo, en el contexto de los importantes proyectos conjuntos anunciados para Puebla -ese mismo día- por el gobernador Céspedes Peregrina, teniendo como aval el visto bueno del presidente López Obrador.

Al ser la titular de la SEMARNAT, seguramente hubiera aportado algo en el tema del impacto ambiental de las obras de generación de infraestructura que se van a llevar a cabo.

No se supo ni se dijo nada de ella, absolutamente nada.

Su ausencia, por lo menos en el tema que tiene que ver con la lógica del ejercicio de gobierno, no parece tener sentido.

Si la vemos bajo la óptica de la política electoral, ahí podríamos encontrar la respuesta.

Y es que, un par de días antes del evento, se habló mucho de un acuerdo en donde se pactaba la ausencia de Nacho Mier y de Alejandro Armenta, en un intento por no “ensuciarlo” con cuestiones de grilla partidista.

A pesar de ser los respectivos líderes de ambas cámaras del legislativo nacional, ambos lo acataron sin chistar.

¿Albores fue también parte del acuerdo?

Porque si fue así, no cabría la menor duda de que en Palacio Nacional la ven como aspirante seria a la candidatura del partido oficial al gobierno del estado.

Más allá de si su inclusión en la lista de “probables” se deba o no a la famosa paridad de género.

No se sabe hasta el momento, si el Movimiento de Regeneración Nacional va a incluir a Puebla entre los estados que lleven a una mujer como abanderada a la gubernatura.

Aunque su nombre ya se manejaba en mesas de café y en columnas políticas, fue hasta finales de abril cuando la funcionaria federal declaró abiertamente que sí le gustaría competir por el gobierno poblano.

Inmediatamente después, vinieron los desplegados, las expresiones de apoyo y la pinta de bardas.

Imposible saber -a estas alturas-, si a Albores le va a alcanzar para posicionarse como un buen producto electoral en la entidad.

Pero seguramente ya está siendo medida y no descarte que sea tomada en cuenta para ser parte de la encuesta mediante la que se elegirá al candidato o candidata.

Más allá de que, al final, será la decisión de un solo hombre la que marque el destino político de Puebla en el corto plazo, el que la poblana María Luisa Albores se haya ausentado de la fiesta cívica más importante de su estado, es la señal política más clara y contundente del pasado 5 de mayo.

 

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