Por Alejandro Mondragón
Un consejo universitario absolutamente cedillista quedó conformado ayer en la Universidad Autónoma de Puebla.
El nuevo estilo de ejercer el cargo para la rectora Lidia Cedillo le permite trato directo con cada uno de los y las nuevas consejeras, sin intermediarismo.
Ningún rastro queda ya del pasado reciente.
Aquellos que apostaron por una vida corta a la gestión de Lidia Cedillo, volvieron a perder la apuesta.
Alejada de reflectores, prudente en sus decisiones y firme en sus relaciones con el gobierno de Sergio Céspedes Peregrina, la rectora ya marcó una diferencia.
Este Consejo Universitario asumirá el reto de la transformación académica, y ya no más política electoral, de la BUAP.
“A ustedes, les va a tocar, entre otras cosas, tomar las riendas de un proceso en el cual, tendremos que revisar el Estatuto, los reglamentos de nuestra institución, una tarea de suma importancia, pero sé que, a través de ustedes, se va a hacer de manera responsable”, les dijo Cedillo.
Y dejó en claro que el trato es directo para todos y todas:
“Voy a ser, sobre todo, con los estudiantes, pero, también con los profesores y el personal administrativo, un chat en donde estemos en comunicación continua, en donde todos y cada uno de ustedes como consejeros tengan la confianza de comentarme los problemas que enfrenta su comunidad. No en balde, ustedes son los representantes de esa comunidad, quienes seguramente, serán nuestros ojos. Yo siempre he dicho que el rector o la rectora no son omnipresentes, pero ustedes están aquí representando los intereses de su comunidad”,
El Consejo Universitario para el periodo 2023-2025 quedó instalado durante la sesión extraordinaria que se realizó en el Salón Barroco del Edificio Carolino.
Cedillo Ramírez realizó la toma de protesta de los 179 consejeros universitarios, representantes de los docentes, estudiantes y trabajadores administrativos, que resultaron electos en los comicios del pasado 13 de marzo.
Sobre aviso no hay engaño. Se acabó la arrogancia y la opacidad.
Vaya tiempos académicos que vive la BUAP.