Por Alejandro Mondragón
Morena ya estableció la ruta para definir a la carta presidencial para el 2024: junio se definen las reglas; julio se emite convocatoria; agosto se eligen perfiles para primera encuesta.
En septiembre se lanza primera convocatoria; en noviembre los 4 perfiles posicionados entran al sondeo final; y en diciembre habrá candidata/o para suceder a Andrés Manuel López Obrador.
Los plazos fatales han comenzaron a mover el avispero en Puebla, debido a que los personajes en disputa pretenden colgarse de los punteros presidenciales.
La estructura de poder en movilización morenista en todo el estado es manejada por el barbosismo.
¿Qué ofrecen Ignacio Mier; Alejandro Armenta y hasta Claudia Rivera a los abanderados?
La verdad puros problemas. De nada sirve ser conocido/a si cargan una pesada loza de desprestigio.
¿Dónde se hallan sus estructuras para sumar, no restar?
Lo cierto es que cada vez se observa la presencia, con o sin autorización, de personajes poblanos que promueven y hablan a nombre de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Seguro ya saben de la última encuesta, elaborada por De las Heras-Demotecnia, en la que Sheinbaum sale mejor calificada, entre todos los partidos políticos.
Obtiene 68 por ciento de las opiniones positivas. El 39 por ciento de los entrevistados se inclina a favor de Claudia para ser la abanderada de Morena frente al 11 por ciento de su más cercano competidor: el canciller Marcelo Ebrard.
La evaluación que empata con el estudio que hizo el mes pasado, Covarrubias y Asociados indica que la jefa de Gobierno encabeza 8 de las 9 categorías del estudio que abarca: cercanía, honestidad, cumplimiento, impulso al derecho de la mujer a una vida libre de violencia, opinión positiva, disposición a votar por ella, preferencia y percepción de ser la mejor candidata.
Claudia se lleva una calificación de 9.75 frente a Marcelo que saca 0.25.
Consulte el estudio aquí:
