05-05-2024 01:50:44 AM

El regreso del “nuevo Abdala”

Por Valentín Varillas 
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Por fin ya se nota.

Se le ve en varios de los eventos en donde se presentan o inauguran obras y servicios que son responsabilidad del gobierno federal.

Desde que inició su aventura en el servicio público, así tendría que haber sido.

No lo fue.

Optó por el bajo perfil.

Prefirió nadar de muertito en lugar de perfilar y respaldar lo programas que lleva a cabo en Puebla la administración de Andrés Manuel López Obrador.

También se metió en grillas innecesarias con el gobernador Barbosa.

Se dejó contaminar por las calenturas personales de quienes en su momento lo sedujeron con el engañoso canto de las sirenas, por lo que no le quedó más remedio que el exilio. 

Regresó hace meses, otra vez, como delegado de la Secretaría del Bienestar.

Le guste o no, hoy le toca jugar un papel muy distinto al que jugó en su primera etapa en Puebla.

Lo que menos importa en los hechos, si se siente cómodo con esta reingeniería.

Si prefiere la calma y la soledad de su oficina, a las matracas, el confeti y los reflectores de los actos públicos.

Estamos de lleno en la coyuntura electoral del 2024 y el gobierno de la República necesita una caja de resonancia que lo “venda”, en términos de opinión pública y publicada, como un gobierno efectivo.

Reforzar el discurso que todos los días nos receta en sus mañaneras López Obrador y repetir como mantra budista aquellas frases pegajosas que, desde la misma creación de Morena, fueron y siguen siendo el eje central de la oferta política de esta, tan cacareada Cuarta Transformación.

Esto se tiene que hacer a lo largo y ancho del país para reforzar la idea de que el tan anhelado cambio que el país necesitaba, llegó en el 2018 con la legitimidad y contundencia que le dieron más de 33 y medio de votos.

Llevar lo mucho que queda de ese capital político, de ese blindaje social con el que todavía cuenta el jefe del ejecutivo federal, para perfilar y catapultar a quienes compitan bajo las siglas del partido oficial en el 23 y el 24.

No sé si el perfil de Abdala sea el óptimo para lograr estos objetivos.

Eso le toca a los estrategas y especialistas que despachan en la oficina principal de Palacio Nacional.

Lo que sí es un hecho es que, en la parte de responsabilidad que le toque, tendrá que entregar buenos resultados.

A estas alturas, la continuidad del Movimiento de Regeneración Nacional en la presidencia y en el resto de las posiciones de poder que hoy tiene, es la prioridad única de AMLO: el macho Alfa de la tribu.

No hay de otra.

Y dependiendo de la importancia y ámbito de competencia del cargo, serán juzgados y evaluados bajo la lógica única de los resultados concretos, medibles, cuantificables.

Los números fríos y las victorias o derrotas que aparezcan en el balance final, marcarán para siempre carreras políticas y hasta formas de vida.

En el corto, mediano y largo plazos.

De ese tamaño es lo que se disputa en el juego político nacional.

 

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