05-05-2024 01:35:32 AM

La guerra de los primos

Por Valentín Varillas

 

No, no se vaya con la finta.

No se quieren ni tantito.

Ni van a cerrar filas en torno al proyecto de Morena para la renovación del gobierno del estado si alguno de ellos resulta el candidato.

Aunque reciban línea de lo más alto del poder político nacional.

La aparición juntos en un evento en Puebla, acompañando a Adán Augusto López, fue un simple cuidado de las formas.

Una manera de halagar al encargado de la política interior del país, dejando que gozara mediáticamente sus dotes de buen operador, “uniendo” lo que en los hechos resulta imposible de unir.

Por eso las risas, las fotos sazonadas con caras amables y las infaltables señales de cortesía y optimismo como aquellos brazos levantados y las manos haciendo la “V” de la victoria.

Puro circo.

Armenta y Mier son irreconciliables.

Su génesis y destino al interior del Movimiento de Regeneración Nacional, también.

Y por si fuera poco, los dos están obsesionados con obtener la misma y única posición que realmente les interesa.

No hay cabida ya para perfilar un escenario que deje contentos a los dos.

Y en este contexto, no hay adhesivo político que pueda cohesionarlos por el bien del partido al que pertenecen.

En Puebla, en donde se suda la guerra de alta intensidad, el objetivo es ganar adeptos a como dé lugar.

En el sector público y privado.

Hacen apología de sus reuniones y acuerdos con una serie de personajes que en teoría les abonan a sus respectivos proyectos, que les juran lealtad a prueba de fuego, pero que seguramente cuando salga el tan anhelado humo blanco, si la balanza no se inclina de su lado irán a rendirse dócilmente con el que resulte favorecido.

Inclusive, si se trata de un tercero.

“Naturaleza humana”-dirían algunos.

“Memoria histórica”- aseguramos quienes los conocemos.

Sus canicas las tienen puestas en sus respectivos apoyos a nivel nacional.

A nadie le queda ya la menor duda de que Nacho va de la mano de Adán hasta morir y que no puede haber marcha atrás.

Será el tabasqueño el que decidirá e futuro del poblano en función de cómo negocie el suyo propio.

La lógica política elemental

Armenta le apuesta al siempre riesgoso juego de los premios de consolación.

Cree que la permanencia de Ricardo Monreal en Morena y el hecho de que no haya roto públicamente con el presidente, es una señal de que el zacatecano recibirá un atractivo paquete de compensaciones como pago a su falsa institucionalidad, en el que se incluye la candidatura al gobierno de Puebla.

Difícil, muy difícil.

No veo a un hombre como López Obrador entregando un estado fundamental como el nuestro en la coyuntura electoral del 2024, a un individuo al que no le tiene confianza.

A alguien que le ha jugado las contras – con o sin razón- en temas prioritarios para el buen tránsito de su gobierno en la recta final.

Uno “ de casa” que se ha a atrevido a cuestionar el método de selección de candidatos que va a ensayarse en los procesos electorales de este año y del 2024.

Eso es pegarle directamente a la línea de flotación de la parte medular del discurso de Morena y la verdadera razón de su existir: la chispa que detonó el Big Bang de su creación: la legitimidad.

Así, las cartas sobre la mesa: las reales, las auténticas.

Hay que tomar en cuenta en la ecuación, el que ninguno de los primos tiene el control, ni ningún tipo de influencia sobre la estructura de operación electoral del partido en el poder.

Los acuerdos, pactos y negociaciones con sus integrantes, además de los que existen ya con liderazgos como presidentes municipales y legisladores, los llevan los herederos del grupo político de Miguel Barbosa Huerta.

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