04-05-2024 09:45:53 PM

El punto de quiebre

Por Valentín Varillas

 

La prueba de fuego que definirá la relación entre los senadores Armenta y Monreal será la discusión en el Senado de las reformas a las leyes secundarias de la Ley Electoral, aprobadas al vapor en la cámara de diputados.

Monreal no ha estado nunca, ni estará jamás a favor de lo que su todavía partido hizo en el tema del INE.

Su ausencia en la marcha en apoyo al presidente y la 4T, es significativa.

Esta es la gota de un vaso que ya no aguanta más y que pone al zacatecano prácticamente fuera de Morena.

Armenta, por su parte, va en sentido contrario.

Hace lo posible por vestirse de un color cada vez más guinda.

A contrapelo de su padrino político, asistió a la marcha en la CDMX y después, a la convocada en el estado por el gobernador Miguel Barbosa.

Y el tema de las modificaciones legales al marco que norma los procesos electorales es lo de menos.

Aunque un asunto mayor, cualquier otra coyuntura los hubiera puesto en este inevitable punto de quiebre.

Porque llegó el tiempo de las definiciones.

Simplemente, porque hay mucho en juego y ya no hay lugar para las medias tintas.

En el mismo momento en el que los senadores le entren al tema, se detonará un morbo muy especial.

Armenta es el líder del Senado, es oficialmente morenista y tendrá que conducir a su bancada a la aprobación absoluta de todo a lo que los diputados le dieron luz verde.

Ni un punto, ni una coma diferentes.

Es lo mínimo que el presidente espera de él.

Pero Monreal tiene sus senadores a modo.

Es innegable el peso específico real que conserva al interior de la cámara alta del legislativo nacional.

Con una diferencia importante: además del apoyo incondicional que tendrá de aquellos que bajo su tutela decidieron formar un grupo “independiente”, panistas y perredistas jugarán exactamente el juego que Monreal les ordene.

Vaya lucha de poder.

El alumno contra el maestro.

Con una diferencia: Monreal va por todo.

No tiene prácticamente ya nada que perder.

Su rompimiento con el presidente y su grupo político ya se dio.

Aunque falta hacerlo “oficial”, Ricardo se ha convertido en el perfil opositor que buscará pelearle la presidencia a Morena.

Armenta está en una realidad distinta.

Sin el cobijo de Morena no es nada.

Su proyecto de gobernar Puebla tiene un solo camino y es a través de la 4T.

Intentar una mutación política e ideológica como la que hará su jefe político, en su caso es impensable.

Es un perfil intransitable entre los panistas.

Los liderazgos priistas de peso importante están jugando políticamente las cartas de Casa Aguayo.

Todos.

Después de ver la movilización del domingo pasado, no hay lugar a dudas.

Intentar competir solo bajo el cobijo de MC sería un auténtico suicidio político.

¿Y entonces?

Los incondicionales de Armenta juran que se echará a andar un gran teatro de sombras.

Una simulación genial en donde Monreal y él van a aparentar que rompen, pero que en realidad caminarán juntos en la coyuntura del 24.

Vaya ingenuos.

Si Alejandro se queda como parte de la 4T le pedirán pruebas de amor.

Duras, claras, contundentes.

Que se le vaya con todo a Monreal, no solo en lo mediático; sino en todo lo que se va a detonar en lo legal, en lo jurídico y en lo legislativo, una vez que la mutación de dócil incondicional a feroz opositor.

¿Se atreverá?

¿Traicionará a Monreal, como en su momento traicionó a Marín y a Peña?

¡Qué nervios!

 

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