Por Alejandro Mondragón
Lo único reducido de la marcha a favor del INE, pero no por ello menos revoltoso, fue el grupo de personajes y partidos que pretendió hacer suya la protesta ciudadana.
Tampoco aprenden la lección, pues en los hechos quedaron rebasados por la extraordinaria participación de mexicanos/as en las 56 ciudades del país y el extranjero.
En Puebla, se observó ese protagonismo que no pasó a mayores con los arrebatos para ser oradores.
Nadie tiene derecho de negar que la clase media juega un rol significativo en el derrotero político de México. Se vio marchar a amas de casa, profesionistas, empleados y trabajadores.
Los antireforma de López Obrador ya se expresaron, ahora viene la Cuarta Transformación con convocatorias para marchar a favor de los cambios electorales que propone el Presidente.
El gobernador Miguel Barbosa convocó a una concentración de todas las regiones del Estado para un recorrido en la capital (Del Gallito al Zócalo) el próximo 27 de noviembre a las 11 horas.
El motivo no es otro más que una demostración de que los más apoyan la reforma electoral de AMLO.
Apenas ayer le platicaba en este espacio que El Yunque ya resolvió disputar la plaza, rumbo al 2024.
Pero advertía que los dirigentes de la 4T tampoco están mancos y responderían. Barbosa ayer lo hizo.
La disputa de la plaza con el debate nacional de la reforma electoral es el preámbulo de la madriza política que se avecina.
Y absolutamente nadie lo puede remediar.