Por Alejandro Mondragón
El Yunque ya cruzó la línea para sumarse al movimiento opositor a la Cuarta Transformación en el país.
Es decir, entrará el colisión con los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Luis Miguel Barbosa, en Puebla.
Cierra filas para unificar mandos en el Consejo Coordinador Empresarial, donde no habrá cabida para negociadores y menos el género. Irán con uno de los suyos.
En otras cámaras y agrupaciones empresariales se les someterá a la vigilancia en la que el propósito es sacar a Morena de Palacio Nacional y Casa Aguayo.
La marcha “El INE no se toca” fue el pretexto ideal para sumarse a un frente contra todo aquello que signifique la permanencia de la 4T.
A nivel nacional, Luis Felipe Bravo Mena, exsecretario particular de Vicente Fox y exlíder del PAN opera para El Yunque su integración con opositores, a efecto de disputar de frente el poder en 2024.
En Puebla, desde el patronato de la UPAEP con Jorge Espina Reyes, Antonio Sánchez Díaz de Rivera y Francisco Emmelhainz Naveda se abre el fuego político.
Ellos traen su candidato al 2024 que no es otro más que Eduardo Rivera, el alcalde de la capital.
Pero además aquellos representantes de la Coparmex que gritaron al gobernador Luis Miguel Barbosa -con Luis Mora a la cabeza- orientan baterías para apretar más en el reclutamiento de activistas y hasta comunicadoras/es.
El problema es que en la 4T tampoco están mancos y seguro harán lo suyo para contrarrestar lo que ya está cantado: la colisión por el poder.
