Por Alejandro Mondragón
Oooootro floreciente negocio en la época morenovallista, que muchos quisieran olvidar por ser beneficiarios, fue el servicio de limpieza de oficinas.
Fue un gran negocio para familiares de secretarios del gabinete de Rafael Moreno Valle.
Por ejemplo, la empresa de la familia del entonces secretario del Transporte, Bernardo Huerta Couttolenc, se encargó todo el sexenio de las labores de limpieza en todos los recintos administrados por el Centro de Convenciones de Puebla
El entonces director Lambertus Matthijs de Kool usó a también a sus empresas para brindar el servicio de banquetes y café.
Grupo Abundanza e Innovación SA de CV fue la proveedora oficial del servicio de limpieza del Centro de Convenciones, el Auditorio Siglo XXI y Centro Expositor, además se las oficinas públicas.
Mauricio Huerta Cuottolenc, hermano de Bernardo, cobró cantidades exorbitantes por pasar la escoba, quitar el polvo, surtir de papel higiénico y recolectar la basura.
Facturó por metro cuadrado.
En la Secretaría de Salud, por limpiar las áreas comunes cobraba 23 mil 100 pesos más IVA, después de cada reunión, festejo o concentración pública.
Una muestra: la factura 3167, emitida el 27 de octubre del 2013 a las 13.21 horas con folio 3DA729E7-95E1-E464-3926-
Facturaba por horas en el Centro de Convenciones, ¿imagina sus servicios en el Auditorio Siglo XXI, cuyos ingresos se van en pagarle a la empresa del hermano del secretario del Transporte?
Qué grandes negocios al amparo del poder.
Hay quienes se quejan de recordar el saqueo morenovallista, pues dicen que es cosa del pasado. Pues no.
El modelo de negocios que va desmantelando el gobierno de Luis Miguel Barbosa puso ya muy nerviosos a sus beneficiarios.
No se trata de las empresas fantasmas, las facturas fakes, los moches, sino que exprimieron todas las áreas de la administración pública.
Siempre hubo un beneficiario: la familia ligada al secretario en turno. Hasta con el papel higiénico y la limpieza de pisos de secretarías obtuvieron pingües ganancias.
Pero también la fiesta se les acabó.
