Por Alejandro Mondragón
Roto el pacto patriarcal en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la institución tiene otro rostro enfocado a la academia, a un año de la llegada de la nueva rectora.
Lilia Cedillo Ramírez reconstruyó las relaciones con los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Luis Miguel Barbosa, además que mantuvo el reconocimiento de otras instituciones educativas y ayuntamientos poblanos.
El género marca la diferencia. Poco afecta a los reflectores, más ligada a la comunidad universitaria, Lilia Cedillo hace olvidar aquel pasado plagado de frivolidades, excesos y manejos discrecionales de los recursos.
Alfonso Esparza, el antecesor apenas recibió el pitazo de una orden de aprehensión en su contra se fue del país para alcanzar a su familia.
En calidad de prófugo se encuentra viajando de Canadá a España y Sudamérica.
Enrique Agüera también concluyó su gestión en medio de la polémica por excesos cometidos con las obras universitarias. También se fue del suelo mexicano y en Miami se involucró en otros temas sin relación con Puebla.
El otro Enrique, Doger Guerrero se metió a la política. Fue alcalde sobre el que recayeron señalamientos de irregularidades. Luego, se lanzó como candidato a la gubernatura en 2018 y se dedicó al ataque sistemático contra el hoy gobernador Luis Miguel Barbosa y a favor del morenovallismo.
Los tres últimos rectores han recibido el calificativo de impresentables en la vida pública universitaria, la cual hoy respira otros aires de género.