19-04-2025 11:10:45 PM

De privilegiados en Puebla

Por Alejandro Mondragón

 

El privilegio es la ventaja exclusiva​ o especial que se goza por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia.​

 

Es precisamente lo que Puebla adoleció desde hace años.

 

Gobernadores que usaban los helicópteros como taxis aéreos privados para ir de su casa a oficina a trabajar. Dígase, Rafael Moreno Valle.

 

Secretarios que coleccionaban autos de lujo, vinos exclusivos, relojes de oro y hasta tenían avionetas para pasear los fines de semana. Ahí están los casos de Jorge Aguilar Chedraui, Antonio Gali, Ángel Trauwitz, Cabalan Macari y Eukid Castañón.

Alcaldes que hicieron de los vicios una estilo de gobierno, sin importar si se trataba de tráfico de mujeres o tolerar la presencia de narcotienditas. Ejemplo, toooodo el marinismo.

 

Presidentes del Poder Judicial que fabricaban pruebas en contra de críticos de los gobernantes en turno. Montaban acusaciones y dejaban al ciudadano en estado de indefensión. Caso: Roberto Flores Toledano.

 

Así que legisladores, jueces, abogados, periodistas, dueños de medios y empresarios refugiados en cámaras y agrupaciones privadas hicieron del privilegio un modelo de negocios.

 

Los excesos se han acabado. Los lujos son lo que precisamente escasea en el comportamiento del barbosismo, cuyo jefe político Miguel Barbosa dejó en claro este fin de semana que se terminó la fiesta de los privilegios también en los poderes.

 

Ya se avanzó en el combate de los privilegios en el Legislativo, ahora las señales se enfocan hacia el Judicial.

 

Y el actuar de jueces con el tráfico de influencias para proteger familiares ya está en la mira telescópica de la Cuarta Transformación.

 

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