29-03-2024 07:24:03 AM

La génesis del odio

Por Valentín Varillas

Desde el momento mismo en el que, por orden de un juez federal, la fuerza pública tomó el control del campus de la Universidad de Las Américas Puebla, desde lo más rancio y extremo de la derecha poblana se desató una campaña para convertir un tema de alcances exclusivamente legales, en una campaña política para golpear al gobierno de Miguel Barbosa.

Sin duda, la más intensa y despiadada se palomeó, operó y financió desde el búnker del entonces presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.

Él mismo la ordenó directamente.

Designó a su incondicional, Adán Domínguez, como el único responsable de su seguimiento y supervisión y le pidió a su consultor de cabecera y experto en el manejo de redes y campañas sucias, Joaquín García Vinay, que la aterrizara y la llevara a cabo, con el sello de la casa.

La indicación fue muy clara: “denle con todo”.

Que los demonios se desataran, pasara lo que pasara, que la opinión pública se le echara encima a Barbosa, sin medida alguna y si había que meterse en temas de índole personal o familiar, mucho mejor.

Aprovecharon la misma estructura de cuentas, manejo de bots y hasta los recursos excedentes de la campaña, para llevar a buen puerto la estrategia.

Lalo el bueno, el puro, el virginal, el decente, el de los valores, el que en su momento y con mucha razón, denunció campañas mediáticas ordenadas por Moreno Valle en su contra, en donde se metieron con sus hijos, familia y demás, estaba haciendo lo mismo que tanto criticó.

¿Por qué? – es el cuestionamiento central.

¿Qué se buscaba?- si para ese momento Eduardo Rivera ya había ganado la elección.

Las derrotas judiciales que sufrieron los miembros de la familia Jenkins que sacaron y saquearon 750 millones de dólares de las arcas de la Fundación, echaba por tierra la estrategia de seguir convirtiendo a la institución en otro pilar de la ultraderecha poblana y que acabara siendo controlada por miembros destacados de El Yunque.

Luis Ernesto Derbez, el prófugo de la justicia; el que desvió más de 100 millones de pesos de recursos de la UDLAP a través de la creación y operación de empresas fantasma, le puso en bandeja de plata la universidad a los hijos consentidos de la Organización.

En su momento, hizo a Eduardo Rivera Pérez Director del Centro de Investigación y Gobierno UDLAP.

A Adán Domínguez lo nombró Jefe de Investigación y Desarrollo del mismo centro.

A Joaquín García Vinay le dio el cargo de Consultor Asociado.

Los tres personajes que ordenaron, operaron y supervisaron la campaña sucia, de odio en contra del gobernador Miguel Barbosa, como estrategia perversa de compensación ante las monumentales derrotas que en tribunales sufría el grupo que tenía el control absoluto de la Fundación y que ciegamente los apoyaba.

¿La cereza del pastel? – convertir en rector a Herberto Rodríguez Regordosa.

Que a la salida de Derbez, se quedara con el cargo, con la misma facilidad y lógica con la que en su momento heredó posiciones en los organismos empresariales.

Herberto se sumó con todo a la metralla contra Barbosa.

El y sus allegados, en cuentas personales, grupos de Whats e inclusive desde cuentas recién creadas y masificadas por García Vinay y sus expertos en el manejo de redes, se sumaron gustosos al golpeteo contra Barbosa.

No le salió.

Como no le ha salido nada, o casi nada.

Segunda rectoría que se le escapa, una vez que El Yunque optó por Baños Ardavín y no por él para controlar la UPAEP.

Su premio de consolación han sido los jugosos contratos que la administración de Eduardo Rivera le ha dado y seguramente le seguirá dando a la empresa de la cual es socio: Cargo Móvil, la dueña de la marca comercial Parkimóvil, hoy dueña absoluta de la concesión de parquímetros y del “arrendamiento de activos intangibles”.

Así se las gastan los que se venden como ejemplo de decencia y moral.

No les importó nunca la institución como tal, mucho menos sus alumnos, académicos y trabajadores a quienes simplemente manipularon en un intento desesperado de no perder sus privilegios, negocios y canonjías.

Guácala.

 

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