04-05-2024 06:58:11 AM

AMLO: apaleando contrapesos

Por Valentín Varillas

 

No es nuevo.

Lo demostró desde el primer día de su gobierno.

Al presidente no le gustan los contrapesos, le molestan; es más, tal vez no entiende siquiera su esencia.

Y no podemos decirnos engañados.

Abierto, tal vez como nunca antes ningún presidente , les ha declarado la guerra.

Una guerra que hoy ha llegado a su clímax a la mitad de su sexenio, pero que probablemente irá escalando hasta niveles inéditos.

Y es que, AMLO ha ido ganando esta batalla aunque a veces no lo parezca.

Su operación a base de sembrar miedo y utilizar de manera facciosa las instituciones públicas, le ha generado importantes réditos.

Ejemplos hay de sobra.

La elección del 2021 en donde se festinó que el grupo en el poder no tuviera mayoría absoluta en la nueva legislatura federal.

A cambio, Morena ganó 11 gubernaturas.

Sí, 11 mandatarios estatales con recursos y capacidad electoral para operar a favor de quien sea el candidato a la presidencia que designe López Obrador.

¿Quién ganó?

Otro:

Cuando el ministro presidente de la SCJN decidió no aceptar la prolongación de su cargo por dos años más -algo que fue interpretado como una probadita de lo que podría llegar a hacerse en la jefatura del ejecutivo-, se desató el júbilo opositor.

Se aplaudió a los ministros y se celebró el respeto al estado de derecho.

A cambio, la Corte le dio luz verde al proceso de revocación de mandato exactamente en lo términos y formas que más convienen al presidente.

De entrada, lo reposiciona y fortalece al aparecer nuevamente en la boleta de un proceso a nivel nacional.

Sobran imágenes en donde, a lo largo y ancho del país, abundan espectaculares con su imagen, promoviendo no solo la participación en el proceso, sino el voto a favor de su continuidad.

Imposible que la famosa “veda electoral” se aplique al pie de la letra.

De paso, la resolución de los ministros que determina que el INE realice el ejercicio con el raquítico presupuesto asignado por la mayoría morenista en ambas cámaras del legislativo nacional, es la joya de la corona.

El Instituto, a quien el presidente intenta desaparecer, será el “culpable” de un proceso de antemano fallido, a todas luces innecesario y que seguramente no tendrá la respuesta ciudadana esperada.

¿Qué mejor escenario para que nuevamente, la furia del discurso presidencial se centre en el encargado de organizar y calificar los procesos electorales en el país?

Hablarán de boicot, complots, intereses de los grupos de facto y demás.

Al final ¿quién ganó más?

Lo mismo con el embate público a periodistas críticos.

El caso Loret y la solicitud al INAI para revelar el monto de sus ingresos, su origen y el cumplimiento de sus obligaciones fiscales.

A sabiendas de que el Instituto no puede violar garantías constitucionales de ciudadanos ni lo establecido en la Ley de Protección de Datos Personales, el presidente les pone una trampa para luego descalificarlo públicamente y nuevamente, suponer que su mera existencia en estéril y un oneroso cargo a los recursos del erario.

Magistral.

Un maestro del engaño, un genio de los distractores que sin duda, va ganando por paliza la batalla por la centralización del poder y el control político del país que gobierna.

Mucho más que en aquellos tiempos del régimen de partido único.

Ya lo verá.

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