18-04-2024 06:48:53 PM

Ese rancio PRI

Por Alejandro Mondragón

 

En la narrativa de la sucesión por Casa Aguayo, dos priistas conversos en morenistas incurren en el error de reclutar, aliarse pues, con lo más rancio del PRI en Puebla.

 

Sí, aquellos personajes que llevan años rechazados en las urnas y que en regiones de la entidad resultan intransitables.

 

El senador Alejandro Armenta Mier y el diputado federal, Ignacio Mier Velazco, están en campaña. Se sabe, lo dicen y sostienen reuniones.

 

El problema es que como buenos priistas acuden a los suyos para conformar sus ejércitos para la batalla electoral, pero uno suma a marinistas y otro a antimarinistas.

Caciques, señores de horca y cuchillo y amos de la comarca que usaba el PRI como factores de control de las comunidades al interior de la entidad, ahora aparecen vestidos de armentistas o nachistas.

 

Se olvidan que Puebla es un estado bastión del lopezobradorismo que en las últimas elecciones combatió al PRI y al PAN, juntos o por separado. 

 

Los pobladores ya no quieren que esos personajes impresentables, que les hicieron la vida miserable, regresen con el traje de Morena cuando nunca se han quitado el de priista.

 

El PRI rancio terminará por socavar aspiraciones en la medida en que sigan por la línea de pretender darle continuidad a la Cuarta Transformación con lo más vetusto del tricolor.

 

Operar a ras de suelo no es otra cosa en política que meterse en el ánimo de los votantes, a partir de conocer problemas, hallar caminos de solución y plantear esperanza, pero si los encuentros de Armenta y Mier sigue con lo más rancio del priismo, entonces ya imaginará el resultado.

 

Morena hoy tampoco suma a la causa de los aspirantes ante los conflictos internos que enfrenta por posiciones de poder.

 

De hecho, la estructura del gobernador Luis Miguel Barbosa demostró que sin Morena también se gana y alejado de ese PRI que se echó a perder hace años.

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