Por Alejandro Mondragón
En el arranque del 2022, a dos años de la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador ya logró alinear a los gobernadores/as a su proyecto del 2024.
Los mandatarios/as van a ir con la carta que defina el presidente de la República, quien ya se sabe usará el método de la encuesta para encubrir el dedazo.
Este bloque de AMLO con gobernadores/as rebasa sin duda el ámbito de la estructura inoperante en que se ha convertido Morena, partido que incluso fue incapaz de movilizar al pueblo de cara al proceso de revocación de mandato.
Ya los perfiles más interesados en participar, como Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México; el senador Ricardo Monreal; y el canciller Marcelo Ebrard han comenzado a comunicar a gobernadores que comenzarán a trabajar en sus estados.
En Puebla, ya tocaron base con el mandatario Luis Miguel Barbosa, quien institucional ha dejado en claro su cada vez mayor presencia en torno al proyecto de la 4T de López Obrador.
Más de la mitad del territorio nacional se encuentra en manos de gobiernos emanados de la Cuarta Transformación, lo que indica el interés presidencial por alinear a los titulares del Poder Ejecutivo en los estados a favor de su causa.
López Obrador será el factor del 2024 y los gobernadores/as tendrán su margen de maniobra de cara a su sucesión, en aquellas entidades que renovarán mandatarios/as.
Pero además nadie ve a AMLO retirado de la política y encerrado en su rancho, al contrario será el poder moral que tendrá la 4T para la continuidad.
Por lo pronto, los presidenciables se moverán y en trabajo a ras de piso se verá en verdad el perfil que despuntará de cara al 2024.
Pareciera que falta mucho, pero en realidad se está a nada de iniciar hostilidades, sobre todo después del proceso de revocación de mandato de este año.