26-04-2024 09:17:07 AM

Lo que olvida Jorge Aguilar

Por Alejandro Mondragón

 

El morenovallismo definió la realidad de Puebla, por lo que durante su periodo en el poder, no hubo delitos que perseguir.

 

Eso explica en buena manera, aquellos argumentos que emplea el exsecretario de Salud y exdiputado local, Jorge Aguilar Chedraui, para señalar que durante el morenovallismo se le aplicaron 25 auditorías y revisiones de todo tipo. “Salí limpio”, presume.

 

Toda una falacia de quien ahora se declara perseguido político.

 

Como exsecretario de Salud, el Congreso del Estado lo investigó a través de la Auditoría Superior del Estado, en donde Aguilar Chedraui era líder del Poder Legislativo y David Villanueva, impuesto por el jefe de Jorge.

 

Y todo, absolutamente toda institución “autónoma” era controlada por ellos mismos.

El gobernador Miguel Barbosa afirma que los corruptos de ayer, hoy se dicen perseguidos. Esa frase explica sin duda que lo que queda del morenovallismo escuda lo que se llevó en el manto de la pureza.

 

Aguilar Chedraui formó parte del modelo de negocios que impuso, su jefe, Rafael Moreno Valle, a través del cual se financiaba su proyecto presidencial y, después, se hacían repartos para acrecentar fortunas propias y de allegados.

 

Cada vez se aportan más datos respecto a la soterrada guerra interna que se traen, al interior del PAN, tanto el exgobernador Antonio Gali como el propio Jorge Aguilar.

 

Los resentimientos han nublado su posición de mantenerse alejados de un sexenio al que no podrán sablear.

 

Está claro que si no quieren quemarse, para qué se acercan a la estufa. Pierden de vista procedimientos legales ya encaminados que rebasan la esfera mediática.

 

Es cierto que en el pasado se revisaron sus cuentas, pero ya lo dije al principio: cuando el poder define la realidad, no hay delito que perseguir.

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