23-11-2024 10:47:41 PM

Durmiendo con el enemigo

Por Alejandro Mondragón

 

La única posición inamovible en esta temporada electoral se encuentra en la Secretaría de Gobernación.

 

David Méndez no aparecerá en la boleta, pues a diferencia de otros sexenios, ahora es más importante la gobernabilidad que la contienda política. Se requiere, eso sí, un secretario a la altura de los tiempos.

 

Eso es simple. El punto es si el propio secretario y su equipo asumen como prioritario que la dependencia se enfoque a temas que garanticen la interlocución y la estabilidad, no como pasó en otros tiempos en las que el titular andaba más metido en la grilla o en la construcción de un proyecto personal.

 

Manuel Bartlett mandó a su secretario de Gobernación, Mario Marín a liderar la campaña priista; lo mismo hicieron Melquiades Morales con Carlos Alberto Julián y Nácer; el propio Marín con Javier López Zavala; y hasta Rafael Moreno Valle con Fernando Manzanilla.

 

Los resultados ya se conocen.

 

Ahora, además, lo que ha prendido los focos rojos, porque ha sido factor de debate al interior de la 4T es la presencia de personajes ajenos al modelo de gobierno.

 

Y me refiero en concreto a Érika Luna, actual Jefa de la Oficina de Gobernación.

 

Esta mujer fue suplente de Blanca Jiménez, excandidata a diputada en la elección del 2018.

 

Se ha señalado una y otra vez de ciertos personajes con ligas morenovallistas que acaban reconvertidos a la 4T, pero al final la sangre llama.

 

La presencia de Luna incomoda y constituye todo un misterio su llegada, aunque no falta quien la sitúe en el grupo del líder del Congreso, Gabriel Biestro.

 

Lo cierto es que el recelo político es una realidad, sobre todo ahora que se busca garantizar una propuesta eficaz de gobierno de la 4T, ajena a otros compromisos políticos.

 

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