Por Alejandro Mondragón
Luis Miguel Barbosa pasará a la historia de Puebla como el primer candidato a Casa Puebla que pone antecesor a la gubernatura, si se confirma la llegada de Guillermo Pacheco Pulido al interinato.
Fue siempre su caballo negro, se lo adelantamos aquí en Al Portador, porque Don Memo le garantiza tres cosas invaluables para una elección: acceso a la información, poder y recursos; el control político de dos de los tres poderes del Estado; y el aglutinamiento de priistas cansados del sometimiento del morenovallismo.
Esos priistas sólo cambiarán de dueño.
El gobernador interino convocará a elecciones y pedirá que el Instituto Nacional Electoral con los recursos aprobados para el IEE, se encargue de organizar el proceso.
La relación de Barbosa con Don Guillermo se fue consolidando desde la campaña pasada, pues dos de sus hijos: Guillermo y Javier Pacheco Pensado se convirtieron en sus más cercanos financieros y asesores. Sumaron empresarios, constructores favorecidos en el sexenio de Mario Marín por la vía de Javier García Ramírez.
El poder que se le empieza a otorgar por decreto de Andrés Manuel López Obrador no tiene límites, pues además del interinato y Congreso del Estado, ahora enviaron como delegado de Morena a Mario Bracamontes, para quitarle el consejo estatal a Claudia Rivera Vivanco.
Como van las cosas, si Barbosa le pide la cabeza de la alcaldesa de Puebla seguro se la brinda.
El problema ahora para López Obrador será Olga Sánchez Cordero, quien podría renunciar a la Secretaría de Gobernación, porque ella había hecho el compromiso con el padre de Moreno Valle y el PAN para respetar que el interinato quedara en manos de uno de los suyos.
El periodista Valentín Varillas adelantó el viernes en Al Portador vespertino que el acuerdo sería que Pacheco Pulido estaría como gobernador, pero se quedaría todo el gabinete que dejó Martha Érika Alonso.
Si los funcionarios respetaran la memoria de la señora deberían presentar, todos, su renuncia. Nunca quiso esto.
El primero en dar el paso es Luis Back Serrato, quien dejó el gabinete y no irá a buscar la gubernatura. El morenovallismo vive sus últimas horas.
