Por Alejandro Mondragón
El primer sorprendido por ese incendiario mensaje del rector de la BUAP, Alfonso Esparza, fue el gobernador Antonio Gali, quien estuvo ausente de la ceremonia del I Informe de Labores por la gira de trabajo con la titular de la Sedatu, Rosario Robles.
El Tío Poncho se enfundó en el traje de El Chapulín Colorado y con su chipote chillón lanzó la amenaza: “quien ataque un universitario es mi enemigo”.
Fue la esposa del góber, Dinorah López, quien aclaró:
“La relación del gobierno con la universidad ha sido de colaboración abierta y constructiva, con respeto a su autonomía”, por ello “tenemos que trabajar por una Puebla más participativa en cuanto a principios y fomentar la práctica de valores en casa”, subrayó.
Mientras Esparza ya recurrió a la retórica de Morena, la presidenta del DIF estatal le contestó: “El gobierno ve a la BUAP como aliada”.
La audiencia que había rugido por el virtual desmarque de Esparza del gobierno, calló con las palabras de la esposa de Gali.
Desde la propia institución se considera uno de los peores informes de la historia de la BUAP. Puras cifras acumuladas desde el 2013 a la fecha.
Esparza sigue en la tónica de figurar desmarcado del poder que le ha tolerado todo, porque ya está en la ruta de purificación en Morena para ser considerado como opción de gobernador interino.
Desde la campaña pasada, sus reuniones privadas con Luis Miguel Barbosa y Claudia Rivera han sido documentadas, mientras mantenía el discurso de imparcialidad para no comprometerse con el morenovallismo.
¿Por qué está Esparza tan seguro que Martha Érika Alonso no será la gobernadora? El rector una y otra vez le ha jugado las contras.
Con Moreno Valle siempre estuvo espiado y pendejeado, pero jamás se quejó de nada, ahora con Gali que le ofrece una relación de respeto, usa su Informe para amenazar por la inseguridad que nace desde los propios campus de la BUAP por los sucios negocios de la Dirección de Apoyo y Seguridad Universitaria.
¿Cuántas acusaciones de agresiones sexuales a mujeres, asaltos a estudiantes en las inmediaciones de la BUAP o atracos en camiones de la propia institución se han registrado, durante la gestión de Esparza?
Pero para el rector toda la culpa es del gobierno. La señora Dinorah se lo dejó en claro: “hay que fomentar la práctica de valores en casa”.
La culpa no es de Esparza, sino de quien lo hizo rector.
La suya es una historia de traiciones e incumplimientos de acuerdos con sus aliados.
Ya reza la máxima: cuando la perra es brava, hasta los de casa muerde.
¿Y ahora quién podrá defender a los universitarios?
