Por Alejandro Mondragón
Toda una tragicomedia vive la fracción minoritaria morenovallista en el Congreso del Estado.
De lo trágico (perder la mayoría legislativa y quedar relegados en las principales comisiones) a lo cómico (pérdida total del debate parlamentario) transcurre cada sesión.
Dos protagonistas de esta historia son indiscutiblemente Marcelo García Almaguer, del PAN; y Gerardo Islas, del Panal. El ruso y el mexicano de la comedia de los 20´s.
Lo que pierden en el debate camaral lo quieren ganar en campañas sucias en redes sociales. Ahí los ataques son permanentes incluso a compañeras legisladoras del PES.
Y todo porque no pueden ni saben de la praxis legislativa. Creen disponer de reflectores, ser influyentes y capaces de manejar la percepción mediática y política.
No, simplemente carecen de capacidad de razonar que la fracción minoritaria perderá la mayor parte de las votaciones, pero no el debate.
Primero esta pareja cómica abandonó el campo de batalla del Congreso para después regresar con el peor tufo de frases inconexas en la tribuna legislativa.
Es cierto, es lo que hay, pero litigan más en medios y exudan estiércol en redes sociales, sin entender que si su jefe Rafael Moreno Valle les ordena volverse aliados de Morena lo harán.
El ex gobernador de Puebla busca afanosamente interlocución con Morena para sus propósitos senatoriales y de acercamiento con López Obrador.
Y aquí no hay más que su interés. Aquellos empleados legislativos tendrán que callar y obedecer.
Triste para ellos que hasta Javier Casique del PRI se vea mejor que este par.
Sus bots en redes sociales, cuyos nombres me reservo para mejores momentos, cobrando sus 10 mil pesitos del erario del gobierno, para echar su mierda desde el anonimato.
Nada más le caiga una auditoría a la dirección de la agenda digital o a Desarrollo Social, entonces van a sentir en carne propia que los carniceros de ayer, son las reses de hoy.
