Por Alejandro Mondragón
Se desató la jauría de extorsionadores en las delegaciones federales de Puebla, cuyo propósito es uno claro: exprimir hasta el último centavo de empresarios, notarios, políticos y ciudadanos.
Lo más grave se registra en el Sistema de Administración Tributaria, a través del cual ha lanzado una feroz cacería contra contribuyentes, a través de auditorías y créditos fiscales, mismos que pueden cancelarse mediante el moche del 20 por ciento.
Peor que en los tiempos de El Negro Durazo, los funcionarios federales ante el ya acabado gobierno de Peña Nieto buscan llevarse lo que sea por los métodos más gansteriles.
Otros casos ocurren en la Semarnat y Profepa, dependencias que lanzaron una revisión ambiental a las empresas, agencias de autos y compañías del transporte de residuos para cobrar comisiones a quien se deje.
Siempre con la Ley en la mano, al estilo de Varguitas en la película La Ley de Herodes.
En la Profeco, no se cuidaron las formas. Todas las empresas deberán entregar por fuera moches hasta del 15 por ciento cada mes hasta el 30 de noviembre, para que se les deje trabajar sin problemas y no se les aplique la Ley.
¿Qué les pasa a estos sinvergüenzas?
Toda delegación con capacidad de sancionar, multar o castigar sacó a lo peor de sus extorsionadores, sin que ninguna autoridad ponga orden.
Es hora que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, tome nota para castigar este atraco masivo a despoblado, porque a Peña Nieto le vale madre todo.
Y así se pueden mencionar también en el IMSS.
La lluvia de protestas que habrá con el super delegado, Rodrigo Abdala, pues a muchos les colmó el plato.
