Por Alejandro Mondragón
Ahhhhhh chingá.
¿Qué se traen entre manos esos morenovallistas?
Cómo explicará Jorge Aguilar Chedraui que de candidato a diputado federal quiera revisar la concesión del servicio de agua potable en Puebla, cuando como legislador local aprobó que quedara en manos de particulares.
El propio líder del PAN, Jesús Giles ya dijo que la revocación del agua en Puebla será tema de campaña de sus candidatos, ante las inconformidades ciudadanas y empresariales, según lo reportó el diario local 24 Horas.
Más morenovallistas se han sumado a esta cruzada. El candidato al senado del PRI, Juan Carlos Lastiri, también quiere revocar la concesión, aunque no entraría en sus facultades, además que como funcionario federal jamás movió un dedo para impedir la privatización del Soapap.
Organismos empresariales, subsidiados por el gobierno local, han intensificado su campaña de malestar por los cobros excesivos del agua.
De pronto, lo que muchos hemos insistido desde la concesión del agua en Puebla, hasta ahora -los morenovallistas que tanto se opusieron- quieren cambiar las cosas.
Un ejercicio de nado sincronizado, en torno al problema del agua en el estado.
¿Será el miedo a que un eventual gobierno opositor con Luis Miguel Barbosa de Morena, vaya a exhibir quiénes son los verdaderos dueños del negocio del agua en Puebla?
Los apellidos Hank y Moreno Valle serían objeto del escarnio popular, desde ahora que arranque la campaña.
Está claro que usarán este tema para sumar votos y quitarle banderas a Morena, pero también exhibe el nivel de desesperación que tienen.
Ya lo confesó el propio Aguilar Chedraui: es necesario separarse del morenovallismo, porque no hay buena aceptación de los ciudadanos a los candidatos del PAN.
Rafael Moreno Valle le entregó la concesión a la familia Gutiérrez Cortina, quien a su vez terminó por dejársela a Carlos Hank Rhon, personaje muy cercano a la familia del ex gobernador de Puebla.
En realidad, el Soapap fue saneado antes de su concesión, pues tenía activos totales por 9 mil 140 millones 222 mil 103 pesos con 83 centavos. La deuda del organismo había bajado 70 por ciento y la recaudación repuntaba anualmente 36 por ciento.
El control del agua potable en Puebla la tiene Hank Rohn, quien incluso puso como director a Héctor Octavio Durán Díaz.
Este personaje se desempeñó durante 15 años en Grupo Hermes en el desarrollo de proyectos de infraestructura, hidráulicos, hidroeléctricos, turísticos y automotrices.
Desde la concesión a particulares, el Soapap quedó como oficina para garantizar que se cumplieran los acuerdos de inversión en infraestructura y ha usufructuado 700 millones de pesos anuales, sin que se reflejen en mejoras. La Conagua ha sido complaciente.