Por Shanik David
La controversia generada por las obras del Barrio Smart en Santa María Tonantzintla llegó hasta la Cámara de Diputados, donde se pidió la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que se sancione a los funcionarios responsables del proyecto.
Esto se solicitó por medio de un punto de acuerdo presentado por la diputada Norma Xóchitl Hernández Colín, de Movimiento de Regenración Nacional (Morena), quien detalla la importancia que tienen los monumentos históricos como patrimonio no sólo de México sino del mundo, con fundamento a estudios de organismos internacionales.
Por esta razón, en el documento se lamenta la afectación de las construcciones emblemáticas de Tonantzintla, las cuales si bien no están catalogadas por el INAH, tienen un valor monumental que se debe preservar, en particular después del sismo del pasado 19 de septiembre.
La diputada describe que a raíz del terremoto, se vieron afectados 670 edificios históricos en todo el país, de los cuales 66 se encuentran en Puebla, siendo la iglesia de Tonantzintla una de las edificaciones dañadas.
En este lugar, narra la representante de Morena, se demolió el reloj que se encontraba a un lado de la iglesia central de dicho poblado, y se destrozó un puente enterrado de 200 años de antigüedad sólo para extender la plazuela central para la construcción del llamado Barrio Smart.
De acuerdo con lo informado por las autoridades municipales, cita Hernández Colin, “dichos trabajos, serían el inicio para convertir a Santa María Tonantzintla en un modelo de plaza comercial que contará con vialidades de primer mundo como ciclopistas así como acceso a WiFi y demás estructuras inteligentes”, teniendo una inversión de poco más de cuatro millones de pesos.
Y si bien el alcalde Leoncio Paisano Arias ha presumido tener los permisos necesarios por parte del INAH e incluso el aval de la población, esto ha demostrado ser falso, pues la delegación del Instituto ya inició un proceso administrativo por la demolición de las estructuras sin permiso y los habitantes de Tonantzintla conformaron un movimiento en contra de dicha intervención.
Es más, la legisladora retoma declaraciones hechas por el delegado del INAH en Puebla, Víctor Hugo Valencia, quien reconoce que si bien “la torre y el reloj son contemporáneos pero no quiere decir que no se necesite un permiso de demolición, por el contexto en el que se encuentra ubicado” sí se necesitaba una autorización.
Ante esto, y aunque ya está abierto un procedimiento a nivel local, Hernández Colin pide que sea el INAH a nivel federal quien emprenda una investigación “a efecto de deslindar responsabilidades relacionadas con la presunta demolición ilegal de elementos constitutivos de la iglesia de La Purísima Concepción” y se pide que el ayuntamiento haga públicos los permisos que dice tener para esta obra.