Por Shanik David
A unas semanas de que arranquen en forma las campañas rumbo a la elección del 1 de julio, los diputados locales firmaron un pacto de civilidad con el cual se pretende mantener al Poder Legislativo al margen de las discusiones políticas.
En la firma del documento sólo participaron los coordinadores de los grupos parlamentarios, quedando fuera del mismo aquellos diputados que, por distintas razones, se han declarado legisladores sin partido político, como es el caso de Julián Peña Hidalgo, Rosalío Zanatta Vidaurri, Sergio Céspedes Peregrina y Marco Antonio Rodríguez Acosta.
Al respecto, el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Carlos Martínez Amador, explicó que se busca evitar que el pleno legislativo “se use como un ring político” para ventilar asuntos relacionados únicamente con el proceso electoral.
Como ya había adelantado el diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en el documento no se contiene bajo qué criterios los legisladores deben cumplir con este pacto, pues esto se dejó a decisión de cada uno de los integrantes del Congreso.
Por esta razón, agregó, tampoco se incluyen sanciones concretas por el incumplimiento, ya que es “un acuerdo de buena voluntad”.
Pese a esto, dijo que este acuerdo no se quedará como un “llamado a misa” toda vez que en años anteriores se han firmado pactos similares los cuales han funcionado bien.
Y si bien hace unas semanas Martínez Amador reconoció que sí se corre el riesgo de que con el inicio del proceso electoral se dé una parálisis legislativa por la gran cantidad de diputados que solicitarán licencia para contender por algún puesto, ahora rechazó que haya esta posibilidad, al afirmar que el Congreso es una institución fuerte.
Además, el presidente del Congreso se negó a estimar cuántos serían los legisladores que se separarán de supuesto en las próximas semanas, argumentado que hay que esperar a que se presenten los oficios correspondientes para tener claros los movimientos que se darán.
