Por Alejandro Mondragón
Nunca se hará justicia a las mujeres asesinadas en Puebla, menos con el tipo de autoridades que tenemos.
De nada sirven las férreas leyes, crear organismos y ampliar presupuestos para proteger a las poblanas, si cualquier feminicida se sale con la suya.
Y lo puede hacer porque cuando no es la Fiscalía de Puebla, incapaz de atrapar a los agresores, es el sistema de justicia penal con jueces que ni atan ni desatan.
Lucía Diego Ángeles, de 30 años de edad, fue hallada muerta la madrugada del viernes 10 de marzo del 2017.
El cadáver presentaba signos de violencia y los familiares acusaron a su pareja sentimental, de la agresión.
Los hechos ocurrieron en la junta auxiliar de San Andrés Azumiatla en Puebla, al interior de un domicilio ubicado en Ranchito San Miguel que se encuentra en un camino de terracería en la entrada de la población.
La víctima, quien era vecina de la colonia Playas del Sur, fue encontrada tirada sobre un charco de sangre.
Un año después, la hermana de Julia, Doña Emma Diego, denuncia que las autoridades sólo dan largas. Hay evidencias que señalan a la pareja de Lucía, Juan Justo Hernández, como autor del feminicidio.
El expediente está abierto, es el número 3603, la ministerial Minerva Hernández ya estableció que el caso está debidamente integrado para proceder, mientas el Ministerio Público, Fidel Sánchez, afirma que faltan pruebas.
A nadie le importa ir al fondo, al final de cuentas se trata de un expediente más.
Hasta cuándo.
Pobre Puebla.