Por Shanik David
A dos meses de que Carlos Martínez Amador fue designado como presidente del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el consejo estatal aprobó un nuevo cambio en la dirigencia, la cual se mantiene en manos de personajes cercanos al exgobernador Rafael Moreno Valle.
Por unanimidad de votos quedó en la presidencia Jorge Benito Cruz Bermúdez, quien ocupó diversos cargos de primer nivel en la administración morenovallista y que ahora tendrá que renunciar a la dirección del Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (CAPCEE) para desempeñar su función como líder del partido.
Además, en la secretaría general se designó a Vladimir Luna Porquillo, propuesto por la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN), quien dijo que su integración a la dirigencia estatal tiene como objetivo “generar equilibrios”.
Y aunque los nuevos representantes partidistas presumieron que se integraron a todas las corrientes perredistas, destaca que el Frente de Izquierda Progresista (FIP) -al cual pertenecía la exdirigente Socorro Quezada Tiempo- encabeza sólo tres secretarías, mientras que el resto se distribuyeron entre las demás expresiones al interior del partido.
Pese a esto, Cruz Bermúdez afirmó que lo importante “no es quién tuvo más o quien tuvo menos, pues quien gana con esto es el PRD”.
Luego de su toma de protesta, indicó que esta nueva dirigencia parte “de un voto de confianza” que se dieron mutuamente las diferentes corrientes “para que estemos de manera plural representados”, en particular de cara a las negociaciones que se tienen en puerta con la conformación de la alianza con el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano.
Algo similar manifestó Luna Porquillo, pues dijo que si bien mantendrá la misma postura crítica que ha tenido en los últimos años, “estar acá es una situación de contra pesos y hay confianza de que podremos generar ese espacio”.
Sin embargo, hay poca claridad acerca de cuál fue el motivo de cambiar la dirigencia del partido tomando en consideración que fue a penas el 5 de noviembre pasado cuando Martínez Amador llegó al puesto, pues el nuevo presidente del CEE simplemente dijo que el también diputado con licencia renunció al cargo por motivos personales, sin abundar al respecto.
En cambio, la delegada del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Dulce María Arias Atayde recordó que existe un acuerdo por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) por medio del cual se ordenó al partido renovara todas sus órganos de tomas de decisiones.
Ante esto, se decidió en el caso de Puebla nombrar a un CEE que estará en el cargo hasta después de la jornada electoral del 1 de julio, tras lo cual se llevará a cabo una elección abierta a la militancia para nombrar a la dirigencia oficial.
Si bien ya se había hecho este cambio con el nombramiento de Martínez Amador, su elección no cumplió con los requisitos y estatutos legales, por lo que se corría el riesgo de que esta decisión fuera impugnada y echada abajo, por lo que la delegada dijo que “convenció” al ahora exdirigente para que renunciara y se pudiera dar una elección con apego a la ley.
