Por Alejandro Mondragón
Excepto el secretario Michel Chain, quien tiene autorización del gobernador Antonio Gali Fayad y el aval del morenovallismo para hacer campaña a diputado federal, nadie, absolutamente ninguno, tiene permiso y menos algo seguro para el 2018.
La razón es simple. No existen acuerdos nacionales aún; el propio Rafael Moreno Valle no sabe qué pasará con lo suyo, aunque está convencido que Puebla es necesaria como caja chica para mantener su proyecto viable en el 2024.
Todo se mueve, a veces incluso en contra, por lo que ningún personaje puede presumir que tiene amarrada alguna posición.
La propia secretaria general del PAN, Martha Érika Alonso, lo dejó en claro este fin de semana. Ni ella la tiene segura.
Y es que cada vez queda más claro en el equipo cercano de Ricardo Anaya que a Moreno Valle no hay que darle nada. De todos modos, jugará las contras o querrá hacer ganar a los suyos y que pierdan los otros.
Se tienen evidencias que los intereses del morenovallismo se abrirán a fuerzas ajenas, opositoras y ciudadanas, pero para sacrificarlos durante la campaña.
Moreno Valle jugará para los suyos, sin importar que estén en el PAN, PRI, PRD, PVEM, Movimiento Ciudadano, Panal, Compromiso por Puebla, PT y demás rémoras.
Que los adversarios del grupo morenovallista participen con alegría por las candidaturas, se les darán, cuando en realidad desde otra posición antagónica al PAN se le inyectarán recursos.
Así lo hicieron en 2012 con la candidatura de diputado federal, del operador de Eduardo Rivera, Enrique “El Huevo” Guevara. Le dieron la candidatura pero lo sacrificaron para respaldar a Enrique Doger del PRI.
En 2013, también le dieron la nominación a Pedro Barojas en acuerdo con Ana Tere Aranda para la alcaldía de Palmar de Bravo. En los hechos financiaron la carta del PSI con Pablo Morales, a la postre edil destituido por sus ligas con los huachicoleros.
Lo mismo ocurrió en 2015 en Izúcar de Matamoros. Sacrificaron al aliado perredista para favorecer al priista Jorge Estefan Chidiac.
Por eso, quienes aspiren a una posición en el 2018 deberán tener bien claro que la primera opción será el sacrificio para que gane la carta más abyecta del grupo, la más sumisa que garantice lealtad absoluta, lo que no necesariamente se hallará en el Frente Ciudadano por México.
Si el presidente Enrique Peña Nieto se lo pide hasta Martha Érika la sacrifica.
Origen es destino.
Primero está el 01, que es él, y luego ya veremos.