Por Shanik David
Presiones al ser interrogados, corrupción y actos de tortura son parte del escenario que viven las personas cuando son detenidas en el estado de Puebla por elementos de la policía, ya sean estatales, municipales o ministeriales.
Destaca que del total de la población penitenciaria actual, el 76.6 por ciento afirmó que sufrió presiones al dar sus declaraciones, es decir, tres de cada cuatro confesiones se habrían obtenido por medio de agresiones a los detenidos.
Este es uno de los datos contenidos en la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, del cual resalta que en la mayoría de los arrestos no se contó con una orden de aprehensión.
Por ejemplo, en el 41.3 por ciento de los casos las detenciones en el estado de Puebla se dieron mientras el delincuente cometía el acto que se le imputó o minutos después de los hechos, mientras que otros dos de cinco arrestos sin órdenes de aprehensión se dieron al sustraer de su domicilio y por la fuerza al presunto acusado o incluso interceptándolo en la calle; sólo en el 14 por ciento de los hechos, es decir uno de cada seis aprehensiones, se contó con una orden judicial.
Otro de los aspectos que llaman la atención acerca de la forma en que se detienen a los presuntos delincuentes, es que en seis de cada 10 casos los policías no se identificaron ni le informaron a la persona en cuestión el motivo de su arresto.
Los datos del INEGI además reflejan los maltratos que reciben las personas desde el momento de su arresto hasta ser presentados ante los ministerios públicos o juez de lo penal, pues tres de cada cinco fueron incomunicados, desvestidos e incluso amenazados con levantarles cargos falsos, además que cuatro de cada 10 fueron presionados para denunciar a alguien más, y 34.8 por ciento de las personas internas en la actualidad afirmaron que se les impidió respirar mientras estaban siendo trasladados.
Pero la tortura no terminó ahí, pues el 61.8 por ciento denunció haber recibido golpes con pies y puños, 37.3 por ciento sufrió “lesiones por aplastamiento” y uno de cada cinco denunció que sufrió descargas eléctricas.
Otro dato que vale la pena mencionar es que cerca de la mitad de los arrestos (46.2 por ciento) son ejecutados por la policía ministerial, mientras que a las municipales les corresponden una de cada cuatro y las estatales sólo el 13.7 por ciento de las detenciones.
