Por Shanik David
El aumento de penas o sanciones para quienes participan en las redes de robo de combustible en cualquiera de sus modalidades -sustracción, trasiego, venta o compra- ha demostrado no ser una medida adecuada, pues finalmente el delito sigue a la alza, afirmó Juliana Vivar Vera, académica del Tecnológico de Monterrey Campus Puebla.
Recordó que aunque ya se tenía tipificado este delito dentro del Código Penal Federal, el año pasado se creó la Ley Federal para Prevenir y Sancionar los Delitos Cometidos en Materia de Hidrocarburo, sin que ésta haya tenido efectos positivos para combatir a los llamados huachicoleros.
Pese a esto, el hecho de que la incidencia vaya a la alza es un ejemplo de que “la ley no es la solución cuando ésta no se aplica”, lo cual evidencia el problema generado por la corrupción.
“Las personas no están atentas a que si aumentan las penas, teman a que los cachen por lo que mejor crean redes de corrupción para protegerse de que sean procesadas, hacen estas redes de participación con autoridades de Pemex”, acusó.
Por esta razón fue enfática en decir que “no hay que perder el tiempo en crear y modificar leyes” sino que hay más bien se tienen que generar mecanismos para verificar que éstas se cumplan, en particular por los funcionarios públicos y que éstos no incurran en corrupción.
Esto pues si bien los policías son los más señalados de apoyara los ladrones de combustible, son funcionarios de todos los niveles y de diferentes instancias gubernamentales quienes protegen a estos delincuentes.
“Las autoridades están involucradas, sabemos que hay procesados por la participación en el delito” insistió Vivar Vera, al lamentar que los ciudadanos de las zonas donde operan estas bandas ya no ven la sustracción y venta clandestina de combustible como algo incorrecto, sino más bien que ya es parte de su forma de vida pues pueden sacar un provecho económico de esta práctica.
Por esta razón, reiteró que en este tipo de situaciones no se trata sólo de creación de leyes, pues los hechos que se dan día a día reflejan la distancia que hay entre lo que se busca con las reformas que se generan y la realidad que se vive, sino que más bien hay que mejorar la operatividad de las instituciones y el combate a la corrupción.
