Por Shanik David
Aunque es hasta ahora que se le exige al gobierno del estado que se solucione el problema del robo de combustible, este es un tema que las últimas dos administraciones pasadas dejaron crecer y que le heredaron a los actuales funcionarios estatales, acusó el rector de la Universidad Iberoamericana campus Puebla, Fernando Fernández Font.
Este problema, dijo, “no es algo que se gestó en un día, viene de administraciones anteriores y de alguna manera, desgraciadamente, podemos decir que a ésta lo heredó”, y señaló que este es un problema que no tiene una sola vertiente y, por lo tanto, tiene diferentes frentes que tienen que atenderse.
Por un lado, comentó, están la impunidad y la corrupción, pues aunque el país genera riquezas ésta se queda en manos de unos cuantos, lo cual además se ha visto comprobado con los casos de exgobernadores que hoy en día son perseguidos por la justicia.
“Sabemos que ha habido corrupción, como Facundo Rosas que salió, desapareció de la noche a la mañana” pese a haber sido señalado de tener vínculos con las redes dedicadas al robo de combustible, acusó Fernández Font.
Además está la marginación en la que se encuentran las comunidades, pues “el pueblo tiene hambre (…) y los salarios que reciben son una miseria”, por lo que es más fácil que cuando llegan grupos, aunque sean delincuentes, si les dan mejores sueldos y dejan un cierto beneficio a la comunidad, es normal que los defiendan.
“Es lo mismo que pasa en el norte con el narcotráfico, porque el narco y el robo de combustible dan mejores empleos a la sociedad y a la gente más necesitada” comentó el rector sin querer con esto justificar la participación de los ciudadanos en estos grupos delictivos, sino más bien dar una idea de lo profundo que es el problema y la necesidad de que se atiendan las carencias sociales.
Es ahora, continuó, que el problema ha rebasado a las autoridades y se ha salido de cause, que se quiere resolver, y si bien la intervención de más elementos del ejército es una medida adecuada, es una solución que sólo atiende la coyuntura pero no resuelve la situación de fondo que aqueja al estado.
