Por Alejandro Mondragón
Nada escatimó el entonces gobernador Rafael Moreno Valle para la instalación de su sofisticado sistema de espionaje y contraespionaje, que incluyó personal capacitado desertor de las áreas de inteligencia del ejército y gobierno federal.
Los fondos federales se utilizaron para la adquisición de equipo de primer nivel que abarcó vigilancia, comando israelí, Las Ninjas de Martha, conversaciones telefónicas, filmaciones, seguimiento vía correo electrónico, mensajes de texto y hasta redes sociales.
Buena parte del material comenzó a llegar desde la campaña del 2010, pero se fortaleció entre 2011 y 2012 hasta depurarse en 2015.
Un personaje que hoy enfrenta 26 cargos criminales en Estados Unidos fue factor clave en la asesoría del sistema. Su nombre: José Susumo Azano.
Este personaje que nació en Jalisco, de padres asiáticos, y fue de los principales financieros de la campaña a la gubernatura de Moreno Valle.
Quien vinculó al presidenciable con el empresario dueño de la firma Security Tracking Device fue la mismísima Elba Esther Gordillo.
La maestra era vecina deJosé Susumo Azano en la zona exclusiva de Coronado, Estados Unidos.
A la casa de Azano, ubicada en el número 8 de Green Turtle Road, muy cerca de la de Elba Esther, acudían para definir apoyos para el poblano.
Pero además, fuentes federales confiaron que el búnker de Azano, ubicado en Paseo de las Palmas 405, Piso 9, colonia Lomas de Chapultepec, delegación Miguel Hidalgo, código postal 11000, en el Distrito Federal, sirvió para vigilar los movimientos de Enrique Peña Nieto y su principal círculo.
El sitio Intelligence and Analysis Group señala que la alianza Elba Esther y Susumo Azano permitió el financiamiento en buena parte de la campaña de Moreno Valle.
En círculos cercanos al CEN del PRI se afirma que también desde las oficinas marcadas con los números 1101, 1102, 1103 y 1104, en el piso 11 del inmueble ubicado en Avenida Paseo de la Reforma número 2608 de la Colonia Lomas Altas, en la delegación Miguel Hidalgo en México D.F., se opera parte de la inteligencia morenovallista.
Elba Esther y Susumo Azano enfrentan hoy líos con la justicia. Una arraigada, el otro encarcelado. Soltando la sopa.
