Por Shanik David
Aunque se esperaba que al llegar el cierre de la administración de Rafael Moreno Valle se suavizara el ambiente político, por el contrario éste se ha enrarecido aún más además de que se prevé que con el cambio de gobierno se mantengan muchas de las políticas represivas, afirmó Socorro Quezada Tiempo, presidenta del Comité Ejecutivo Estatal del Partido de la Revolución Democrática.
Lo anterior pues se han arreciado las amenazas en contra de los alcaldes del PRD, quienes son citados por Eukid Castañón Herrera para amedrentarlos y obligarlos a deslindarse publicamente del senador Luis Miguel Barbosa Huerta, como sucedió hace unos días con el edil de Nicolás Bravo.
Si bien la perredista no quiso señalar qué alcaldes son los que han sufrido estas amenazas, comentó que llegan al grado de pedirles que dejen su cargo al frente de sus respectivos ayuntamientos para que lleguen personajes afines al gobierno del estado.
Además, continuó, en estos encuentros participa Antonio Gali López, hijo del gobernador electo y militante del PRD, por lo que insistió que esto podría representar una continuidad de la política de presión que se ha vivido en los últimos seis años en la entidad.
Por esta razón, indicó que es importante que José Antonio Gali Fayad tome una postura pública en relación a estos temas y que anuncie cuál sería su política sobre estos temas, pues en la actualidad pareciera, dijo, que cualquiera que opine distinto al grupo en el poder está en riesgo de ser perseguido.
Sin embargo, estas “fobias” que tiene el grupo en el poder no sólo es en contra de los opositores, sino incluso en contra de gente del propio partido al cual pertenece el gobernador Rafael Moreno Valle, como es el caso de Eduardo Rivera Pérez o los panistas que intentaron participar en la elección del consejo estatal.
“Las cosas se han puesto más densas, pensamos que en este mes que falta para que termine su administración las cosas estarían más tranquilas, pero no, todo se ha complicado mucho en el ámbito político”, reiteró la perredista, al señalar que pareciera que los “coletazos” del fin de sexenio alcanzarán a todo aquel que no respalde las políticas estatales.