03-05-2024 05:44:52 AM

Madres de migrantes desaparecidos exigen justicia al gobierno mexicano

El desgaste de las fotografías que portan casi como identificaciones personales reflejan el largo trayecto que han recorrido. Cerca de 50 mi kilómetros en 12 años, visitando numerosas ciudades y puntos del territorio mexicano con una sola pregunta en los labios: “¿Dónde están nuestros hijos?”.

Esta es la vida de las integrantes de la Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos, la cual surgió a raíz de la necesidad de miles de familias por ubicar a aquellas personas que, en su intento por llegar a Estados Unidos, se han desvanecido al llegar a México.

En su doceavo recorrido por el país, un pequeño contingente de las madres, padres y familiares de los migrantes pasó por Puebla, donde si bien agradecieron el apoyo de las organizaciones que los han acompañado a lo largo de este tiempo, afirmaron que esto no es suficiente.

“Suena fácil decir ‘desaparecidos’ pero mientras no se vive en carne propia no se sabe lo que significa esa palabra” señaló Reina Serrano, originaria de Honduras, quien desde hace 16 años está en busca de su sobrino, quien a los 17 años emprendió el camino en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos; la última vez que se comunicó con ellos, en el año 2000, dijo estar en México.

Con palabras firmes y sin titubear, con la experiencia aprendida en más de una década en el camino, la mujer señaló que ellos no vienen a México a pedir las cosas por favor, sino que quieren exigirle al gobierno que cumpla con los tratados en materia de derechos humanos, pues no es sólo un problema que afecte a los migrantes sino que es algo que igual le afecta a los mexicanos.

Al hacer un llamado para que la sociedad no sea indiferente ante la situación que viven los migrantes en tránsito en el territorio mexicano, refirió que aunque hoy el tema de las desapariciones se ve lejano cada día es un fenómeno que afecta más al país.

“Me pregunto ¿qué pasa con ustedes?” lamentó Reina al insistir que los mexicanos no deben darle la espalda a este problema y que deben alzar la voz para exigirle al Estado que dé las garantías de seguridad necesarias para todas las personas en el territorio.

Anita Celaya es otra de las participantes de la caravana, pues desde hace 14 años ha trabajado desde su natal El Salvador buscando a su hijo, lo cual le genera un dolor que no ha logrado superar.

“Nos levantamos de la cama, dejamos de llorar y que ese llanto se transforme en un coraje de lucha, en una decisión de lucha” señaló la mujer, quien indicó que el dolor no sólo es para los padres del desaparecido sino que es un impacto que llega a toda la comunidad.

“Si nos hacen falta gobiernos a los que les duela el pueblo, que les interese”, sentenció, pues incluso recriminó que cuando hay reuniones de los representantes de Relaciones Exteriores de los países centroamericanos con el gobierno mexicano no se les haga una pregunta en concreto: “¿por qué me matas a mi gente? Pero no, porque dicen que eso causaría una guerra”.

“Todavía están duros de corazón los gobiernos, nos dicen lo mismo, que no es su jurisdicción y se echan la bolita, es duro para nosotros pero ese es el mensaje que trae la caravana, traemos un mensaje de unión con brazos levantados, traemos un mensaje de que ya no se construyan más muros”, añadió la salvadoreña.

Registran casi un millar de migrantes secuestrados en Puebla

Durante el foro en el que participaron las madres migrantes en su paso por Puebla, Martín Juárez Guevara, del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, refirió que en los últimos años no sólo ha incrementado el flujo migratorio, sino que se ha detectado una cierta relación entre los casos de secuestro de migrantes y el robo de combustible.

Comentó que de acuerdo con estudios del investigador Rodolfo Casillas, entre 2007 y 2014 999 migrantes fueron secuestrados en Puebla por miembros de la banda de los Zetas en contubernio con elementos de la policía municipal.

Esto se dio principalmente en municipios del valle de Tehuacán y Serdán, y las víctimas fueron destinadas a redes de trata de personas, en particular las mujeres.

El especialista señaló que de acuerdo con el mismo estudio, las casas de seguridad donde se encontraron a las víctimas se ubicaron en zonas como Tehuacán, Esperanza, Rafael Lara Grajales, Amozoc y Puebla, coincidiendo con las áreas de mayor robo de combustible.

Además, refirió que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración, al corte de septiembre habían sido encontrados mil 590 migrantes irregulares en Puebla, de los cuales mil 2015 fueron deportados.

Sin embargo, refirió que Puebla no sólo es un lugar por donde pasan los migrantes sino que hay un gran fenómeno de expulsión de población que busca llegar a Estados Unidos, originarios en su mayoría de la mixteca.

Esto genera un doble problema, pues en las poblaciones expulsoras quedan las mujeres solas quienes para mantener a sus familias entran a trabajar a industrias textileras o similares, donde son explotadas, o incluso terminan en redes de trata.

Por el otro lado, se da el caso de los migrantes que son retornados lo cual genera un problema social pues en muchas ocasiones éstos traen enfermedades como diabetes, VIH o Sida, o adicciones, lo cual los pone en situaciones de riesgo; esto se da principalmente en municipios como Tulcingo, Acatlán de Osorio, Tecomatlán y Tehuitzingo.

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