Por Shanik David
Aunque desde principios de la década de los noventas existen leyes estatales para la protección del medio ambiente estas no se han cumplido, además de que durante la actual administración se han eliminado las áreas que podrían atender este tema al interior de la estructura de gobierno, lamentó Juan Manuel Aguilar de la Peña, integrante del Instituto de Investigación Interinstitucional en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga.
Recordó, por ejemplo, que al inicio del sexenio de Rafael Moreno Valle se desapareció la secretaría de Medio Ambiente, además de que se extinguió el Consejo Ciudadano de Ecología, el cual era el único mecanismo por medio del cual ciudadanos interesados y con conocimientos en la materia podían aportar para el diseño de políticas públicas en la materia.
Esto, comentó, tiene como efecto el que no se pueda medir el grado de contaminación en el estado, lo cual ayuda para que las autoridades ignoren el tema pues no hay sistemas de medición para ver el avance o retroceso que se pudiera tener en el tema.
Es más, dado que no se cuenta con una dependencia dedicada sólo al tema ambiental, pues en la actualidad se trata de una subsecretaría, las siguientes administraciones estatales deberán empezar desde cero para la definición de las acciones y programas en la materia.
Al hacer una revisión de los puntos que están delimitados en el Plan Estatal de Desarrollo 2011-2017 señaló que ninguno de estos se ha cumplido, al destacar el relacionado con el río Atoyac.
En este rubro en particular fue enfático al decir que aunque se han hecho inversiones multimillonarias con la etiqueta de “rescate del río Atoyac” estas no han servido de nada pues el afluente sigue igual de contaminado.
Además, dijo, ya se cuenta con suficiente información para determinar el grado de contaminación del río, por lo que más allá de buscar instalar estaciones que monitoreen en dónde y quién tira residuos es necesario que ya se tomen cartas en el asunto.
Una acción concreta sería la regulación de los ordenamientos territoriales en los municipios, pues en éstos los ayuntamientos autorizan de manera indiscriminada asentamientos en zonas de riesgo, sin acceso a agua o incluso sin que se tengan en consideración las afectaciones ambientales, siendo este uno de los principales factores que influyen en la contaminación del río.
Otro ejemplo sobre el poco interés en el tema ambiental es el hecho de que aunque se tiene registrado que en Puebla sí existe una red de monitoreo de la calidad del aire, desde hace años no se tiene conocimiento sobre su operación o incluso las mediciones que tome, por lo que en sí no se tienen reportes claros sobre la condición ambiental de la entidad, puntualizó.