Por Shanik David
El debate por la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo motivó a que cientos de poblanos salieran a las calles este fin de semana para manifestar sus posturas tanto a favor como en contra.
La primera movilización se registró el sábado al mediodía, cuando el contingente que convocó el Frente Nacional por la Familia salió del Paseo Bravo hacia el Zócalo para exigir a las autoridades que se respete el modelo “tradicional” de familia: mujer, hombre e hijos.
Durante la movilización los participantes, entre quienes se encontraba el arzobispo de Puebla Víctor Sánchez Espinosa, aseguraron que la movilización no era un ataque en contra de las personas homosexuales o que se les discriminara, sino que se buscaba proteger la familia.
Sin embargo, las pancartas que portaban mostraban que sí hay un mensaje de desprecio e incluso rechazo social hacia las personas con preferencias sexuales diferentes, pues destacó una lona que era portada por varias personas que decía “No permitan que Puebla se convierta en una nueva Sodoma”.
Es más, hubo participantes que además manifestaron que no sólo están en contra de la legalización de estas uniones, sino que piden que no se les dé información sobre sexualidad a sus hijos en las escuelas, por temor a que esto pudiera incidir en las decisiones que pudieran tomar.
Esto se desprende de uno de los vídeos grabados durante la marcha del sábado, en el cual una mujer señala: “no estoy de acuerdo con la educación sexual en las escuelas, está distorsionado y fuera de lugar, nosotros educamos a nuestros hijos (…) Dios creó al hombre y la mujer, quieren cambiarlo todo, quieren quitarnos nuestros derechos”.
En la movilización además participó el diputado Pablo Rodríguez Regordosa, quien insistió en que si bien él respeta los derechos de las personas con preferencias sexuales distintas, defiende la institución tradicional de la familia, por lo que se tienen que buscar mecanismos para garantizar el acceso a los derechos de todos pero sin afectar.
Señaló que el Estado tiene la obligación de garantizar el acceso a los derechos de todos, por lo que se deberían hacer las reformas para que no haya discriminación, por lo que insistió en la necesidad de que se busque un nuevo término para reconocer legalmente las uniones homosexuales -esto luego de que hace unos días él mimso propuso el uso de la palabra “isomonio”-.
Exigen Estado laico y no homofobia
Posteriormente, para el mediodía del domingo, otro contingente se preparó para salir desde el Parque Juárez, conformado en esta ocasión por integrantes de la comunidad LGTTTBI así como organizaciones sociales y poblanos en general que exigen que se legalicen las uniones homosexuales.
Previo a la salida de la marcha Onán Vázquez, representante del Comité de Orgullo Gay, hizo un llamado a los diputados locales para que legislen con la Constitución y no con la Biblia en la mano.
Agregó que los mensajes que han lanzado los grupos de ultraderecha en contra de las personas homosexuales lo que hacen es fomentar el odio hacia la comunidad gay por lo que ahora hace falta que el gobierno garantice la seguridad de este grupo pues podrían darse agresiones en su contra.
“La reforma (que propuso el presidente Enrique Peña Nieto) no daña los derechos de nadie, no le quita los derechos a nadie, no ataca a la familia, es sólo un pretexto que están usando los grupos conservadores apra meter miedo”, detalló.
Continuó al decir que todo esto responde a que un asunto que es solamente de una cuestión de derechos humanos se ha politizado y se usa a la comunidad LGBTTTI como una moneda de cambio, pues personajes de la iglesia católica como Norberto Rivera y Víctor Sánchez Espinosa sólo buscan sacar beneficio político de las movilizaciones que se han organizado.
La presencia de los jerarcas de la iglesia en el movimiento en contra del matrimonio igualitario generó duras críticas en contra del arzobispo durante la movilización del domingo, pues se lanzaron consignas donde se le acusaba de violar la ley, pues como miembro de la iglesia no puede intervenir en cuestiones de política.
Al llegar al Centro Histórico, el contingente colocó mantas y banderas de arcoiris en las rejas de la Catedral de Puebla, y desde ahí se hizo un llamado enérgico para que se legalice el matrimonio y no se use otro tipo de palabra pues se trataría de un nuevo mecanismo de exclusión.