Por Shanik David
Más allá de las reformas legales que se pudieran diseñar para el combate a la violencia contra las mujeres, un tema fundamental es la atención que reciben las éstas por parte de las instancias de salud, pues éste es el primer contacto para identificar situaciones de violencia.
Esto se indica en el diagnóstico que realizó el equipo de trabajo de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim) como parte del proceso para la emisión de la alerta de género en Puebla, y aunque no fue una de las recomendaciones formales que se hicieron al gobierno de Puebla, sí se señaló la necesidad de atender este rubro.
En la recomendación 10 del documento que se emitió a la autoridad estatal se indica que los servicios de salud pueden servir para la detección oportuna de situaciones de violencia, pero que en las visitas hechas a los hospitales “se observó también que ha disminuido de manera considerable el personal en el sistema de salud estatal, especialistas en psicología y trabajo social (sic)”.
Y aunque en términos reales tal afirmación pareciera no ser correcta, el número de personal contratado para dichas áreas es escaso teniendo en cuenta la amplitud del estado, esto pues de acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría de Salud.
Fue por medio de la solicitud de información 00323316 que la SSA informó que en la actualidad se tienen contratados 180 psicólogos y 275 trabajadores sociales, quienes brindan atención en 111 instalaciones de salud en toda la entidad; esto representaría un promedio de dos por cada municipio, pero la distribución no se da de manera proporcional.
Además, el número ha variado a lo largo del sexenio, pues al cierre de 2010 se contaba con 93 psicólogos y 192 trabajadores sociales, pero aunque se han hecho contrataciones también se han despedido especialistas.
Por ejemplo, para 2013 se tenían contratados 198 psicólogos, y desde entonces se ha ido a la baja en cuanto al número de especialistas, pues en 2014 se reportaron 184, y de ahí se ha encogido esta área en dos plazas por año hasta llegar a la cifra actual.
Por el contrario, el número de trabajadores sociales sí ha mantenido una tendencia a la alta, quienes más allá de una posible atención médica procuran apoyos a personas en condiciones vulnerables.
De acuerdo con lo reportado por la Conavim, tanto los psicólogos como los trabajadores sociales son importantes para la atención de los cuadros de violencia intrafamiliar e incluso podrían ayudar a prevenir que éstos escalen hasta consecuencias fatales.
Pese a esto, la cobertura territorial es escasa, pues de los 455 especialistas de éstas áreas que están contratados en la actualidad por la SSA, 231 se encuentran en la ciudad de Puebla; es decir, poco más de la mitad de fuerza médica que podría ayudar a prevenir situaciones de violencia está en la capital.
Por ejemplo, en el Hospital General del Norte se cuentan con 39 trabajadores sociales y siete psicólogos, mientras que en el del Sur hay 30 personas laborando en éstas áreas; además otros 37 especialistas en psicología están concentrados en El Batán y en el Centro de Salud Mental Estatal, siendo.
Pero esto no es todo, pues este personal no sólo se encuentra en áreas de atención directa a los ciudadanos, pues parte de éstos se encuentran adscritos al Departamento de Salud Reproductiva, el Centro Estatal de Transfusión Sanguínea, el Departamento de Investigación en Salud, el de Enfermedades Transmisibles y el de Oportunidades, por mencionar algunos casos.
Además, mientras que la capital concentra la mitad de los especialistas en estos sectores, una cuarta parte la acaparan ocho municipios.
Esto pues en los diferentes hospitales, clínicas y centros de salud en Tehuacán trabajan 34 de estos especialistas, otros 23 en las instalaciones ubicadas en las Cholulas, y 15 más en Zacatlán.
También se registra que para Izúcar se tienen destinados 13 psicólogos y trabajadores sociales, 12 para Atlixco, y en Tepeaca, San Martín Texmelucan y Teziutlán tienen 10 cada uno.
Esto sólo deja 97 especialistas para 57 centros de salud en el resto del estado, lo que ocasiona que en algunos de éstos sólo haya o un psicólogo o un trabajador social, lo cual pone a los habitantes en una situación de vulnerabilidad.