Por Shanik David
“Quería llegar temprano porque luego no alcanzo boleto y pues no me toca regalo” cuenta la señora María sentada en una sombra sobre la banqueta a unos metros del lugar donde se tenía programada una actividad de José Antonio Gali Fayad quien iría por primera vez en su campaña a La Resurrección para festejar a las mamás.
Pero la tarde arrancó mal, pues aunque María caminó con prisa desde su casa, a unas cuadras de la casa de “Doña Lupita”, la operadora de la campaña del PAN en la junta auxiliar, fue la primera que llegó al lugar y le tocó ver cómo los organizadores se peleaban con las sillas y los tubos para colocar el toldo bajo el cual se resguardarían los asistentes.
“Pues que nos van a dar unas sartenes, pero si no llego a tiempo no me van a dar nada”, insiste desde su refugio en la sombra, donde su interés por la política es evidentemente nulo, pero pues “lo que nos den es bueno”.
“Blanca, esa dice que arregló las calles y que dejó todo bien y mira, aquí las calles están de terracería, esa no hizo nada” ¿Y Gali? “No, ese tampoco, ninguno hace nada, pero pues se la pasan diciendo que sí”, dice con una sonrisa burlona en su rostro arrugado y tostado por el sol.
Son las 4 de la tarde y María es la primera en llegar, pero pronto comienzan a congregarse mujeres solas o con niños pequeños, pues el rumor de que “Tony Gali” iba a dar regalos por el día de las madres se espació como pólvora en la junta auxiliar, la cual fue una de las más golpeadas durante la actual administración pues su presidente, Leonardo Báez Serrano, fue detenido y encarcelado por más de un año por su rechazo al retiro del registro civil.
Incluso, el propio Báez Serrano, ante el anuncio de que acudiría el expresidente municipal representante de Acción Nacional, partido en el que también milita, había dado a conocer que se acercaría al lugar del acto para dialogar con el exedil sobre su posible reinstalación al frente de la presidencia.
Mientras se esperaba la llegada de los dos personajes, las sillas se acomodaron y se llenaron por cientas de mujeres que se aferraban a su papelito para la rifa como si fuera un rosario, a la espera de que fuera el número ganador para obtener una de las cajas envueltas que se veían en una mesa.
Para calmar las ansías en la espera del candidato de la coalición Sigamos Adelante, algunos operadores repartían bolsas, mandiles y tortilleros con los colores azul y blanco y la leyenda Tony Gali.
Sin embargo, pasaron los minutos y ninguno de los dos personajes llegó. Baéz Serrano avisó por teléfono que habían cancelado su participación porque ya les habían dicho que el candidato no llegaría, por lo que carecía de sentido hacer el acercamiento con un subalterno.
A los pocos minutos llegó al lugar un representante de la campaña panista, quien pidió disculpas a nombre del candidato quien “por cuestiones de agenda no pudo llegar” pero que él era el emisario no sólo para entregar los regalos -los cuales, explicó, fueron donados por una organización civil para el evento- sino también para expresar algunos de los compromisos de campaña del candidato de Acción Nacional.
Sin embargo, el mensaje en el cual enlistó los proyectos de estancias infantiles, mejora a la atención médica y equiparar los salarios de las mujeres con los hombres, pero el representante optó por dejar el discurso corto, no más de tres minutos, pues las mujeres esperaban más las cajas decoradas que las promesas de un candidato ausente.
Y mientras se anunciaba cada número, doña María veía su número con tristeza, a la espera de que le tocara el premio el cual, sin importarle el color del volante que lo acompañaba, sabía que le haría falta en su casa.
