Por Shanik David
La insistencia de bloquear la candidatura de Ana Teresa Aranda Orozco tiene como objetivo que José Antonio Gali Fayad pueda captar el voto duro de Acción Nacional en el proceso electoral, reflexionó Miguel Calderón Chelius, coordinador de la Licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana.
Esto, dijo, pues en términos reales Gali Fayad es un panista de nueva creación, y esta falta de identidad y vinculación con el partido quedaría más evidente si un personaje con la cepa panista de Aranda Orozco contendiera en la presente elección.
Refirió de manera puntual que más que afectar la preferencia electoral de Blanca Alcalá o de Roxana Luna, la presencia de la expanista en la boleta reduciría los sufragios para el candidato oficial, pues en ella se refugiarían todos los panistas que no se sienten identificados con lo que ha hecho durante el sexenio Rafael Moreno Valle, además de que sería “la única panista en la elección”.
Por esta razón es que se han aplicado de manera sistemática estrategias legales para mantenerla fuera de la elección, y que la han llevado a recurrir en 13 ocasiones al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para sortear los obstáculos que se le han puesto en el camino, siendo el último que falta por resolver el relacionado con la negativa del Instituto Estatal Electoral para darle el registro.
Agregó que esta insistencia de atraer al panismo tradicional forma parte de la estrategia en general que ha desarrollado el PAN en la actual contienda de intentar abarcar todas las expresiones, lo cual quedó en evidencia con la inclusión del Partido del Trabajo en la coalición Sigamos Adelante como una forma de dar la impresión de que se tiene apertura hacia las posturas de la izquierda, aunque nadie puede lograr esta cobertura total, señaló.
Incluso, comentó que el bloqueo que se dio a todas las candidaturas independientes se debió a que estas postulaciones son “poco predecibles” y es complicado que los grupos en el poder puedan hacer acuerdos con este tipo de aspirantes que no forman parte de la clase política, lo cual genera cierta incertidumbre sobre el desarrollo de la campaña; de esta manera, se optó por cerrar el paso a los ciudadanos para que los partidos pudieran mantener los acuerdos que se toman de manera tradicional en este tipo de contiendas.
