Por Shanik David
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no ha emitido ningún permiso para la realización de trabajos en la zona arqueológica de Cholula, e incluso a la fecha el sitio se encuentra clausurado ante las violaciones cometidas por el Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (Capcee).
Esto lo informó Arnulfo Allende Carrera, arqueólogo del INAH asignado al sitio, quien explicó que si bien a mediados de diciembre la Coordinación Nacional de Arqueología emitió un documento relacionado con estas obras, no se trató de un permiso.
El análisis hecho por la instancia federal se trató de un estudio de factibilidad, en el cual se determinaba que, dado que en el subsuelo se habían detectado vestigios arqueológicos no se debían hacer trabajos que implicaran perforaciones o afectaciones a las capas inferiores; sin embargo, se indicaba que era “viable” la realización de trabajos superficiales, como jardinería, mejoramiento de imagen urbana, colocación de juegos y similares.
Pese a que en el oficio se señalaba de manera puntual que el Capcee debería gestionar una licencia de construcción directamente con el INAH para realizar las obras que se tienen proyectadas, el organismo estatal ignoró esto y tomó el documento en cuestión como un permiso de parte del instituto para poder continuar con los trabajos.
Esta situación derivó que hace una semana la dirección central del INAH detectara este desacato por parte del gobierno poblano, responsable de la obra, y ordenara la suspensión de los trabajos en tanto se regulariza la situación legal de la misma.
De esta manera, Allende Carrera puntualizó que aunque ya se tiene un “visto bueno” para trabajos que no afecten el subsuelo, no existe un permiso formal para las obras.
En el caso de las lozas que fueron colocadas en una de las explanadas de la pirámide, explicó que éstas no representan una afectación, pues son trabajos que son reversibles y en cualquier momento se puede levantar el concreto en caso de que sea necesario, además de que el material es permeable y el agua de lluvia sí se logra filtrar al subsuelo.
Incluso, coincidió con lo marcado por la dirección central del organismo al indicar que él, como técnico, tiene certeza de que con trabajos superficiales no se afecta el patrimonio histórico, pero reiteró que, aunque ya se tienen las recomendaciones emitidas hasta el momento ninguna instancia gubernamental se ha acercado para gestionar los permisos para la obra.
