Por Shanik David
La reserva del contrato de la concesión del servicio de agua potable en la ciudad de Puebla podría representar un riesgo grave para los ciudadanos, pues al desconocerse los alcances de este cabe la posibilidad de que se ponga a los usuarios en condiciones de explotación financiera para favorecer a la empresa.
Esta fue la reflexión que hizo David Hall, ex director del Centro de Investigaciones de Servicios públicos de la Universidad de Greenwich, quien ha investigado por más de 25 años el tema de la privatización de los servicios públicos en el mundo, tendencia que dijo va a la baja.
El especialista de origen inglés explicó que si bien se tienen identificadas 235 ciudades en el mundo que han recurrido a la concesión del servicio de agua potable, en los últimos 10 años se han tomado acciones para revertir estos contratos y que este servicio quede en instancias de gobierno, esto por las irregularidades que se han encontrado.
En particular mencionó que se han detectado tres factores que han motivado los movimientos para desechar este tipo de esquemas público-privados, como son el hecho de que al darse estos modelos los precios del servicio, invariablemente, aumentan.
Pese a que incrementan los costos las inversiones por parte de los empresas no alcanzan los niveles que se prometieron, además de que dentro de los contratos, dado que estos se manejan de manera opaca, no se tienen mecanismos para responsabilizar a las particulares de las fallas que podría haber, puntualizó Hall.
Agregó que un aspecto que le parece sorprendente es que en muchas partes del mundo, como es el caso de Puebla, los contratos de concesión se mantienen bajo reserva, y los ciudadanos desconocen los términos de estos.
En los contratos, continuó, se ocultan tarifas o cobros excesivos a favor de la empresa, además de que se les permite contratar a subsidiarias para las obras que requieren. “Estos contactos secretos están acordados de tal manera que permiten la corrupción de alguna de las partes”, acusó.
Por este motivo, calificó que Puebla va a contracorriente al mantener una concesión de este tipo mientras que en otras partes del mundo se han revertido por medio de referéndums y movilizaciones sociales, además de que alertó del riesgo latente de que los ciudadanos estén pagando más solo para beneficio de Aguas de Puebla.