Por Alejandro Mondragón
Hace unos días se dieron los primeros acercamientos entre el líder del Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, con el gobernador Rafael Moreno Valle para cocinar su integración a la alianza PAN y PRD con Antonio Gali a la cabeza para impedir el regreso del PRI a Casa Puebla.
Ya existe una primera reacción: el alcalde de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa, dejó sus críticas morenovallistas, es la oreja en Puebla Libre, ya no se manda Whattsapp con Mario Marín y volvió al redil.
En la vida del JJ manda Dante Delgado, pues le garantizó a su muchachito que no lo sacarán de la alcaldía.
El problema para los propósitos de la alianza entre Moreno Valle y Dante Delgado es que la nueva fuerza al interior de MC, representada por el poderoso alcalde electo de Guadalajara, Enrique Alfaro, tiene otros planes.
Este grupo ya puso en la mesa de la discusión restarse de la alianza morenovallista y presentar una candidatura propia.
Entre los nombres que se manejan existe uno que seguro levantará ámpula en la clase política, pues perjudicaría electoralmente al panismo, dominado hoy por el morenovallismo.
Eduardo Rivera Pérez, ex alcalde de Puebla, ex dirigente del PAN, ex diputado local y líder de la organización de derecha denominada El Yunque.
Rivera recientemente declaró que evaluaba postularse por la candidatura al gobierno de Puebla en 2016 y también descalificó al PAN de Ricardo Anaya.
Se ha manejado otro nombre: el de la panista Ana Teresa Aranda, pero parece ser una carta de distracción frente a lo que se cocina.
También se quiere meter a la fiesta el JJ, pero el alcalde de Cholula trae una enorme cola. Si fue capaz de robarse un Nextel en su paso por Finanzas en el sexenio de Melquiades Morales, ahora saquea y favorece a su familia con el erario.
Otro prominente panista podría saltar a la gubernatura de Durango con MC, Manuel Espino; claro, de la mano de Alfaro.
Rivera sin duda le quitaría votos al PAN, sí podría ganar en el esquema ciudadano cansado del PRI y, sobre todo, por un eventual regreso de Mario Marín.
En MC la figura de Dante se achica, mientras que la de Alfaro crece (el jueves toma posesión del cargo). Hoy su grupo domina la fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados federal. Su coordinador de campaña, Clemente Castañeda, es el líder.
Alfaro contó con el respaldo de Miguel Ángel Osorio Chong para evitar que el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval en alianza con Moreno Valle y su candidato Ricardo Villanueva, hermano del auditor David Villanueva, se quedara con la llamada Perla de Occidente.
El secretario de Gobernación mantiene comunicación con Alfaro, cuyo despacho asesora también al alcalde de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa.
El morenovallismo aprovecha la coyuntura, mientras tanto, para asaltar la dirigencia del Movimiento Ciudadano en una estrategia que opera el ex convergente y hoy perredista, Luis Maldonado Venegas.
El operador político de Moreno Valle y Tony Gali, en alianza con el panista Jorge Aguilar Chedraui, pretende controlar el partido por la vía del legislador local de Movimiento Ciudadano, Ignacio Alvízar, asociado a la debilitada chiapaneca Nena Orantes.
Van a perder en su intentona, porque Alfaro, quien ha desplazado de las decisiones partidistas a Delgado, está convencido que Moreno Valle le lanzó la guerra sucia con los Villanueva y el ex vocero Sergio Ramírez Robles en la pasada elección por la plaza de Guadalajara.
No le concederá nada, pero también sabe de la uña larga del alcalde Espinosa, por lo que la opción de vender la candidatura al PRI de Mario Marín es inviable.
El target de los Alfaro´s Citizens es dejar a Moreno Valle sin cartas de negociación para el 2018 con un panista, como Eduardo Rivera Pérez o Ana Teresa Aranda o…
Para que la cuña apriete…