Los ocultos de #MamaTurquesa Elba Esther Gordillo con el guiño morenovallista.
Y los del alcalde de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa.
En ese tipo de extrañas alianzas que sólo puede concretar Moreno Valle, se impulsa con el respaldo del gobernador priista Aristóteles Sandoval, la candidatura de Ricardo Villanueva Lomelí, hermano del auditor del estado de Puebla, David Villanueva Lomelí, yerno del senador del PRI, Melquiades Morales Flores.
Desde Puebla han salido maletines de dinero en efectivo en aeronaves privadas para la campaña de Ricardo Villanueva.
Hay un vínculo: la primera semana de diciembre del 2014, el auditor acudió a la Feria Internacional del Libro para presentar el 3 de ese mes su trabajo editorial denominado Edificio de la Auditoría Superior del Estado de Puebla: una puerta para la rendición de cuentas.
Aterrizó en una aeronave privada, propiedad del dueño de Escala, Espacio e Imagen Oficina de Arquitectura SA de CV, empresa que ejecuta millonarios contratos con el gobierno del estado.
La firma pertenece a Antonio Abelardo Ayala y Ayala, ex empleado de Roberto López, ex particular de Mario Marín Torres y ligado también a otro socio de Villanueva, el subsecretario de Gobierno, Fernando Morales Martínez.
Su último contrato: una obra en la zona de AUDI por 40 millones de pesos.
Pues Moreno Valle en ese papel de que vale más el morenovallismo que cualquier partido político ahora empuja con recursos a Ricardo Villanueva.
Sin embargo, existe una realidad insoslayable. Enrique Alfaro, el candidato de Movimiento Ciudadano, se encuentra muy por encima de las preferencias electorales.
Alfaro, quien funge como asesor de la imagen y estrategia del alcalde de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa, dispone además del respaldo federal ante los yerros del gobierno de Aristóteles.
AZANO…
Para contrarrestar la presencia ciudadana en Guadalajara se construyó otra candidatura para quitarle votos a Alfaro.
Y encontraron el perfil ideal en Antonio Pérez Garibay, como candidato del Partido Nueva Alianza por Guadalajara.
Se trata del padre del piloto Checo Pérez, además de que Pérez Garibay es socio de la revista Sexenio y se encarga del proyecto en Jalisco. Gerardo Islas dice que Antonio es como su padre.
¿Qué une a Moreno Valle, Aristóteles y Pérez Garibay?
Pues ni más ni menos que Susumo Azano, un personaje muy cercano a Elba Esther Gordillo.
Se trata de un personaje que hoy enfrenta 26 cargos criminales en Estados Unidos. Está preso.
Azano nació en Jalisco, de padres asiáticos. Fue de los principales financieros de la campaña a la gubernatura de Moreno Valle.
Quien vinculó al hoy gobernador con el empresario dueño de la firma Security Tracking Device fue la mismísima Elba Esther Gordillo.
La maestra era vecina de Azano en la zona exclusiva de Coronado, Estados Unidos.
A la casa de Azano, ubicada en el número 8 de Green Turtle Road, muy cerca de la de Elba Esther, acudían para definir apoyos para el poblano.
Pero además, fuentes federales confiaron que el bunker de Azano, ubicado en Paseo de las Palmas 405, Piso 9, colonia Lomas de Chapultepec, delegación Miguel Hidalgo, código postal 11000, en el Distrito Federal, sirvió para vigilar los movimientos del entonces candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto.
El góber de Jalisco pretendió acercar a Azano con Peña Nieto, pero lo tenían identificado como beneficiario del calderonismo y ligado a Elba Esther.
El sitio Intelligence and Analysis Group señala que la alianza Elba Esther y Susumo Azano permitió el financiamiento en buena parte de la campaña de Moreno Valle en Puebla durante el 2010.
El publirrelacionista de Azano fue Antonio Pérez Garibay, su amigo de la fiesta: Aristóteles Sandoval y aquí se cierra la pinza: quien le abrió la puerta a Susumo en México en el sexenio de Ernesto Zedillo fue ni más ni menos que el entonces secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco. Hasta una credencial del Cisen le entregó.
Diódoro es hoy el representante del gobierno de Moreno Valle en el DF y su hijo, socio de Sexenio, la empresa de medios del morenovallismo en Puebla.