No solo es la utilización de pistoleros para cobrar los “moches” a los empresarios, tal y como lo documentó recientemente en su columna Alejandro Mondragón.
Realizar hasta el más sencillo trámite supone el pago de prebendas y “mordidas” a servidores públicos que en teoría están obligados a levarlos a cabo de manera gratuita y de la forma más eficiente posible.
La entrega de certificados de impacto ambiental, por ejemplo, se ha convertido en un millonario negocio que encabeza Alejandro Ruiz Meza, Jefe de Impacto Ambiental y que operan Alejandro Aguilar Ruiz —un personaje que en la época de Mario Marín Torres se desempeñaba como Jefe de Departamento en la dependencia— y su mano derecha, Antonio Aguilar Taja, su “analista de confianza”.
Trabajan de la siguiente manera:
Mandan al archivo muerto los estudios de impacto ambiental, por lo menos por un lapso de seis meses.
Ruiz Meza manda a llamar a los empresarios -desesperados ya por la tardanza- y les dice a grandes rasgos que el documento no sirve y que la empresa que lo realizó “no está capacitada” para cumplir con los requisitos que pide la secretaría.
Es entonces cuando el funcionario público recomienda a una “empresa de confianza”, cuyos estudios de impacto ambiental siempre son aceptados de forma inmediata por el departamento que encabeza.
Claro, a cambio del “módico” pago de cien mil pesos.
Sobra decir que los dueños de esta empresa recomendada son Alejandro Aguilar Ruiz y Antonio Aguilar Taja.
¿Cómo ve?
Al más puro estilo de la Ley de Herodes.
Un grupo de empresarios afectados han dicho “basta ya” y se han decidido a hacer público el calvario por el que están atravesando.
Lo más grave del caso es que el tema lo conocen de sobra influyentes personajes de la política y el servicio público poblanos como el hoy titular de la dependencia Rodrigo Riestra Piña y el propio Contralor del estado, Malcolm Alfredo Hemmer Muñoz.
Por cierto, los denunciantes aseguran que, en promedio, esta auténtica mafia tramitó en los últimos tres meses más de 50 certificaciones de impacto ambiental.
Negocio millonario al amparo del poder.
Uno más.