Y es que en ese complejo habitacional de Puebla, el prófugo director regional Luis Ortega aparece como socio de los empresarios Javier Pacheco y Salvador Echeguren en los 122 lotes, cada uno con una extensión de 190 metros cuadrados que tienen un costo de 7 mil 750 pesos por m2.
Ortega le entró inicialmente con 15 millones de pesos para conformar el proyecto que se fue capitalizando con las obras de urbanización y la comercialización de los terrenos.
También habría que revisar las agencias de autos de la Volkswagen y Porsche, una en la ciudad de México. En otro fraccionamiento de San Pedro Cholula también tiene participación con José Luis Acosta, ex director de Valores Mexicanos.
¿Qué hizo Luis Ortega?
Pues lo que parecía ser un modus operandi: lavar el dinero en efectivo que empresarios poblanos, políticos e inmobiliarios. El cash con el que vendían casas, terrenos, joyas, autos y locales comerciales se mandaba a la oficina de Ortega para invertirlo en el financiamiento de fraccionamientos residenciales u otros proyectos de obra con el respectivo interés.
El problema era que muchas veces ese dinero líquido Ortega se lo quedaba o repartía con sus cómplices y optaba por “pellizcar“ de las cuentas de los clientes de Actinver para realizar las coberturas “legales“, cuyo hoyo se fue haciendo del tamaño de su ambición.
Es decir, Ortega lavó a políticos y empresarios 174 millones de pesos y le pellizcó 76 millones de pesos a 4 cuentas de Actinver, lo que sólo reconoce el dueño Héctor Madero. Por eso, se habla de una pérdida de 250 millones de pesos.
Así, los poblanos que lavaron su dinero para evadir al fisco con qué le van a reclamar, de qué manera se declaran víctimas de un fraude.
Oficialmente, Actinver no lo considera fraude, sino abuso de confianza. De eso acusó Héctor Madero, dueño de la firma, a su director regional, Luis Ortega, quien pocos saben que figura como socio con 1 o 2 por ciento de las acciones de la Casa de Bolsa del mismo grupo.
El abuso de confianza no está tipificado como delito grave, por lo que podría enfrentar cualquier proceso fuera de la cárcel. Lo dicho, la complicidad al más alto nivel en la intermediaria financiera, como ocurrió en 2005, 2006 y 2009, años en los que también se registraron faltantes en la región a cargo del poblano.
¿Quién es Luis Ortega?
Ortega se dio a conocer en la década de los ochenta. En el año 1987 estuvo a punto de ir a la cárcel por el crack bursátil.
Era el operador de las cuentas chuecas de Operadora de Bolsa, dirigida por esos próceres financieros: Luis Ángel Casas, Víctor Cassus y Enrique Rojas.
Se descubrió que lo mismo que ahora hizo con Actinver lo realizó en Operadora. Terminó en la bancarrota hasta que Javier Alonso Sendino, hermano de Raymundo dueño de TV Azteca, lo invita a formar la empresa Club de Precios, ubicada rumbo a la Central de Autobuses de Puebla.
Se ve que no le fue nada bien, porque apareció en el sexenio de Manuel Bartlett.
Sí, en el Instituto Poblano de la Vivienda. Fue nombrado subdirector de Vivienda con Juan Carlos Villegas Morell, en ese entonces yerno de Raúl Salinas de Gortari.
En ese Instituto se ligó a otro personaje: Ernesto Echeguren, hermano de Salvador, su socio en Bosques de Zavaleta.
A la salida de Villegas del gobierno, Manuel Bartlett pidió a su contralor, Jorge Estefan Chidiac, una auditoría para enfrentar la ira de los Salinas en caso de que el yerno se quejara.
Y precisamente Ortega fungió como topo de Estefan, con quien se ligó para el manejo de sus cuentas, amigos y hasta de la familia política.
Del Instituto Poblano de la Vivienda saltó al sector financiero, precisamente con el surgimiento de Actinver.
Ortega es cuñado del empresario Enio Balcázar, cuyo proceso de expansión de sus negocios automotrices, inmobiliarios y de promoción artística ha sido espectacular.
La red de complicidades los amarra a todos. De hecho, el dueño de Actinver, Héctor Madero, empezó a pagar a comentaristas de radio y columnistas económicos para limpiar la sucia imagen de su emporio.
Mañana el trasfondo político de Actinver.