Las concesiones son federales, no estatales.
Medios como El Sol de Puebla, Cinco Radio o Acir mostrarán su nuevo rostro peñista y priista, lo cual puede romper inercias en la entidad.
Las televisoras no preocupan. Ésas siempre operan de acuerdo con el monto de los convenios publicitarios. Ellas aman a los gobernadores hasta que estos dejan de inyectar dinero público a sus arcas.
Eso sí, no tragan lumbre presidencial.
En Puebla, será de antología la transformación de los medios locales.
De hecho, cambios y enroques se avecinan en los medios de comunicación de Puebla, cuya línea editorial es dictada hoy en la oficina de comunicación del gobernador Rafael Moreno Valle.
Los movimientos más comentados serían la salida de Iván Mercado de Radio Oro para irse a la Ciudad de México con miras a integrarse a la barra de noticias del Canal 40, propiedad de TV Azteca.
¿Avanzada morenovallista para el 2018 o pérdida de credibilidad en Puebla o crecimiento profesional?
La salida de Mercado de Radio Oro podría representar el regreso a la estación de Fernando Canales, quien dejó en el 2002 la empresa de Los Grajales en malos términos.
Se sabe de pláticas entre Oro y Canales para encargarse del noticiero matutino que desde hace un par de años ha perdido más que horas.
Por supuesto que desde el gobierno ven con desagrado el regreso de Canales a Radio Oro, pues consideran que su postura crítica hoy en Ultra obedece más a una reducción del convenio publicitario que a un asunto de libertad de expresión. Ya no lo quieren ahí, en la empresa del amigo íntimo de Moreno Valle: Patricio Zorrilla.
En el círculo cercano del mandatario, del que forma parte el alcalde Antonio Gali, quien tendrá un papel más decisivo en la política de comunicación del grupo gobernante, se quiere quede en lugar de Iván la conductora del noticiero de la tarde, Vicky Fuentes.
Sobre el tema de quién ocuparía el lugar de Canales si sale de Ultra, es lo de menos, cualquier enlace de medios manejaría el espacio sin problemas para los intereses del gobierno.
Los conductores nada más leen el guión que les mandan, con todo y preguntas cómodas para los funcionarios.
Repiten mismas notas, entrevistas y posiciones editoriales.