Una burla, eso de utilizar los informes de los alcaldes para que aparezcan cínicamente en la promoción personajes como Juan Pablo Piña por Teziutlán; Mario Rincón y Cabalán Macari por Tepeaca; Xabier Albizuri y Ángel Trauwtiz por la capital. O Miguel Ángel Huepa en San Andrés Cholula.
En todos los actos del gobernador, siempre acuden los abanderados del PAN, cuya difusión personalizada en la inauguración de obras o entregas de apoyos es violatoria de la Ley.
Nada pueden hacer los contrincantes a los candidatos del PAN, pues recursos humanos y económicos se utilizan con toda impunidad electoral.
El INE y su representación en Puebla guardan silencio cómplice, pero lo peor: el PRI desapareció de la escena política. Deja pasar, deja hacer.
La dirigencia estatal, encabezada por Isabel Allende, anda extraviada, mientras los abanderados que competirán contra los morenovallistas: muy timoratos/as.
Los delegados partidistas del tricolor están enfrascados en el ego, una vergüenza su actitud en un año electoral.
Si a eso se le suma que el presidente Enrique Peña Nieto es un pasivo para el PRI, el escenario luce desolador.
Moreno Valle y sus candidatos pueden seguir haciendo lo que les plazca. Usar dinero público, utilizar la estructura de gobierno, emplear el chapulinazo, comprar, imponer y amenazar a quienes no se sujeten a sus intereses.
El grupo gobernante es dueño de Puebla. Si para la contienda en las urnas se impone, en el reparto de plurinominales, la compra de posiciones es de escándalo en el PAN, PRD, Panal. Movimiento Ciudadano y verá al PRI.
La indiferencia social es otro factor que contribuirá a que la elección del primero de junio del 2015 sea un estado de ánimo: si Moreno Valle se despierta con ganas de carro completo lo tendrá, si quiere jugar a las complacencias presidenciales será un 10 a seis.
Así, sin más.
