Le faltan dos, mismas que saldrán sin mayores conflictos después de los comicios que deberá ganar Mario Rincón con sus operadores estrellas: Omar Álvarez Arronte y el agüerista Damián Hernández; sí, ese mero.
¿La Auditoría del Estado ooootra vez en el juego electoral de Moreno Valle para apretar a enemigos y aflojar a amigos?
En la tierra de Armenta, Acatizngo, el alcalde en funciones, Carlos Alejandro Valdez Tenorio, no sólo fue doblegado con inhabilitarlo por malos manejos, y no por abrir la nómina municipal a parientes, sino por rechazar el contrato de PPs para el servicio de alumbrado que favorece a connotados morenovallistas.
El edil priista mandó a lavar la alfombra para recibir al gobernador Rafael Moreno Valle para su informe de labores: “Viene el jefe“, presume sin vergüenza.
A Valdez lo citaron en la Secretaría General de Gobierno para advertirle que si revocaba el contrato de alumbrado la iba a pasar muy mal. Se dobló, a pesar de que el ayuntamiento de Acatzingo debe pagar 7 millones de pesos mensuales en los próximos diez años por el servicio.
Por cambiar 3 mil 500 lámparas LED, la empresa Infraenergía cobró 74 millones de pesos.
Después de doblar las manitas, el edil de Acatzingo empezó a recibir apoyos canalizados por el secretario de Desarrollo Rural, Mario Rincón, curiosamente candidato del PAN a la diputado federal por el distrito de Tepeaca.
El 29 de diciembre, el priista firmó el convenio de colaboración con el Estado para “mejorar” la seguridad del municipio.
Aunque políticamente aparece en actos de apoyo de Alejandro Armenta Mier, como también lo hace el alcalde de Tepaca, David Huerta, oootro topo, Valdez se reúne en lo oscurito con Rincón para operarle temas de campaña.
Por lo pronto, el morenovallismo, con Damián Hernández y Omar Álvarez a la cabeza, declaró la guerra de bardas al PRI.
Ahora se sabe para qué impulsan la llamada Ley contra grafiteros, en cuya aplicación quedan exentas las consignas contra el PRI.
