Tras la detención del presidente auxiliar de Chalchihuapan, Javier Montes Bautista, y el señalamiento por parte de la madre del edil, quién quedó a cargo de la comunidad desde hace varias semanas, de que el gobernador encendió la llama con esa acción policial, la diputada perredista y presidenta estatal de ese partido, Socorro Quezada Tiempo pidió a la administración estatal reconsiderar su política de impartición de justicia en el caso.
Y puntualizó que las condiciones que se han venido gestando especialmente en esa comunidad, y en menor medida en las juntas auxiliares de San Miguel Canoa y la Resurrección, abren la puerta a un estallido social en el que, dijo, podría involucrarse, dijo, estudiantes y jóvenes especialmente de la universidad pública.
–Antes de llamarle una política de represión, soy muy respetuosa en ese termino, lo que si es un hecho es que no es una política adecuada, lo que si puedo decir es que enrarece el clima.
Cuestionada sobre la situación que priva en Chalchihuapan tras las constantes agresiones del gobierno del estado primero con el violento desalojo y el asesinato del menor José Luis Alberto Tehuatle Tamayo, luego con los ingresos de la policía ministerial y las detenciones a pobladores la diputada respondió:
“Las cosas en el país están tan tan difíciles que no puedo dejar de pesar que en un momento dado niños y niñas de las universidades, sobre todo públicas, opten por empezar a realizar un tipo guerrilla en el estado de Puebla. Y eso sí es peligroso. Valido para ellos y para ellas, no los descalificaría, pero finalmente les estaríamos dando los elementos y las armas políticas para poder justificar el porqué de su actuación”.
“Cuando no hay canales de dialogo y de interlocución finalmente la radicalización es una respuesta que tienen muchos grupos y esperemos que no sea la respuesta, sin embargo sí justifico que se radicalicen, porque no podemos seguir actuando de esta manera en el estado, por eso hago un llamado al gobierno del estado y todas sus instituciones para que reconsideremos la política y que podamos empezarnos a perdonar para poder recomponer el estado”.
Aunque señaló que el caso más grave es Chalchihuapan: “creo que en Canoa y en la Resurrección las cosas no están tan al rojo vivo, en el caso de Chalchihuapan de por si desde hace meses ya viene muy complicado el asunto”.
